La inmigración vuelve a subir tras 10 años en descenso

D.A.F.
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El INE destaca que en 2019 se asentaron en la provincia más de 2.300 extranjeros, con Rumanía, Colombia, Marruecos y Honduras como principales países de origen

La inmigración vuelve a subir tras 10 años en descenso - Foto: RUEDA VILLAVERDE

Después de 10 años en los que la presencia de extranjeros iba en descenso, la provincia de Ciudad Real vuelve a convertirse en destino migratorio, hasta el punto que en 2019 el saldo vegetativo se invirtió con la entrada en la provincia de 2.361 personas de diferentes nacionalidades.

Estás llegadas compensan con creces la marcha de 155 personas con nacionalidad española, según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre los Movimientos Migratorios Exteriores, de modo que la provincia adquirió 2.206 vecinos en el saldo global del año pasado.

El INE recoge también que los países de procedencia con una mayor representación entre quienes llegaron en 2019 a Ciudad Real son Rumanía (738 personas), Colombia (601) Marruecos (477), Venezuela (195) y Honduras (184). Llegadas que se produjeron con más intensidad durante el segundo semestre, una tendencia que en los diez años anteriores se alteró en tres ocasiones, en los años 2009, 2011 y 2012, los de los efectos más duros de la gran recesión iniciada en 2007.

El profesor titular de Geografía Humana de la Universidad de Castilla-La Mancha, Ángel Raúl Ruiz  Pulpón, destaca que esta tendencia de incremento de la inmigración con destino a la provincia ya se venía advirtiendo desde 2015, «tuvo un ligero retroceso en 2017 y se recuperó en 2018, con lo que a 31 de diciembre de 2019 se confirma esta tendencia».

Otra de las notas destacadas de los datos del INE es un mayor equilibrio entre hombres y mujeres que llegan a la provincia, ellos fueron 1.234 y ellas 1.127, una igualdad que el profesor de la UCLM entiende que pude deberse «a procesos de reunificación familiar».

Ruiz Pulpón considera conveniente esperar a los datos de 2020, «para ver la influencia que el COVID-19 ha tenido en ello».

El profesor de la UCLM aconseja estudiar los movimientos migratorios en ciclos de cinco años, un periodo en el que si las cifras se mantienen, «podremos decir que hay un cambio de tendencia fundamental». En este sentido insistió en que la actual pandemia tendrá un efecto sobre la demografía, «no solo a nivel de inmigración».

Por su parte, el coordinador del Centro de Cepaim en Ciudad Real, Ignacio Gómez Gascón, llama la atención sobre los motivos que dan lugar a los movimientos migratorios, «hay que tener en cuenta el impacto de las migraciones forzadas», en referencia al destacado lugar que ocupan las personas procedentes de Colombia, Venezuela y Honduras, países inmersos en duras crisis sociales y políticas.

En especial, pone el foco sobre los procedentes del estado centroamericano, del que en 2017 solo llegaron a la provincia 34 hondureños, pero en 2018 ya fueron 105, el triple. También destaca un aumento notable de los procedentes de Nicaragua, que en 2018 fueron 30 personas y en 2019 se elevaron a 72, en un país con fuertes tensiones entre grupos oficialistas y la oposición.

Variable de edad. Por edades, el grupo más numeroso, es de personas de entre 20 y 24 años, con 469 personas registradas el año pasado, le secunda con 389 migrantes, el grupo de 25 a 29, mientras que los de segmento entre 30 y 34 años suma 300 incorporaciones. Gómez Gascón precisa que estos son los grupos en los que decisión de migrar es más fácil, personas jóvenes, solteros, con disposición a trabajar y a los que no les importa ir a otro país.

Por otro lado, el coordinador de Cepaim recordó que la inmigración es necesaria y «puede contribuir a frenar la despoblación de eso que se llama la España vacía».