El arqueólogo e historiador Antonio de Juan subraya la importancia de las excavaciones realizadas en Alarcos para mejorar el conocimiento de los elementos de la panoplia de armas utilizadas a finales del siglo XII, tanto en los ejércitos cristianos como entre las tropas musulmanas.

De Juan realizó estas y otras apreciaciones con motivo de su intervención en el ciclo de conferencias organizado por la Asociación de Amigos del Museo de Ciudad Real bajo el título ‘Arqueología y campos de batalla en la Edad Media’, que se inició con la ponencia titulada ‘Alarcos 1195’.

El responsable de las excavaciones en los sustratos medievales del cerro vecino a Ciudad Real inició su intervención con una descripción de los hechos conocidos en torno al combate registrado el 19 de julio de 1195, sus antecedentes, la batalla en sí y las consecuencias.

El arqueólogo dedicó también una parte de su intervención explicar «la investigación que estamos haciendo en torno a la batalla».

Con referencia a las armas, indicó que «el armamento localizado en Alarcos es realmente excepcional», y un buen ejemplo de las posibilidades que podían encontrarse en una batalla de finales del siglo XII o principios del siglo XIII, así es notable la gran variedad de puntas de lanza y flecha que han aparecido en las fosas realizadas utilizando la zanja de cimentación de la proyectada muralla de la villa de Alarcos, que se estaba construyendo cuando los almohades llegaron para combatir a Alfonso VIII y sus tropas.

De Juan reconoció que antes de abordar las excavaciones en un zona de combate es necesario «ver y conocer que se ha escrito», Así recuerda que alguno de los textos históricos referidos a la contienda de 1195, «ves que dicen que se refugian en el castillo de Alarcos, y excavas en el yacimiento y ves que estaban construyendo una ciudad, te das cuenta que entonces el impacto es mucho mayor», por lo que remarcó la necesidad de «saber leer entre líneas», puesto que las fuentes que se conservan no siempre son contemporáneas de los hechos que narran «algunas son ya de un siglo después y todo eso lo tenemos que matizar a través de nuestras investigaciones», precisa.

Los arqueólogos llevan trabajando en Alarcos desde 1984, lo que ha permitido localizar zonas de gran importancia, como la fosa en la que los almohades arrojaron los restos de los cristianos fallecidos, junto con los de las monturas que les llevaron hasta el campo de batalla. «Es verdad que la fosa de la batalla fue uno de los hallazgos poderosísimo dentro de la investigación arqueológica en torno a las batallas medievales», señala.

Una de las tareas que se ha desarrollado en Alarcos y sus proximidades ha sido «la digitalización del propio campo de batalla que nos permite saber todos los parámetros y pasear a través el campo y visualizar mucho mejor lo que es un campo de batalla», asegura.

En este sentido, recuerda que hay toda una tendencia a recrear por estos métodos grandes batallas por ejemplo de la época romana o de la edad moderna, pero también se puede aplicar en la Edad Media. De Juan subraya que «el trayecto histórico de la batalla de Alarcos es algo que llama la atención a todos los que han venido a vernos», por lo que entiende que también sirve como atractivo para los visitantes.

Próximas conferencias. El jueves próximo la conferencia se centrará en la batalla de Montiel, de 1369, y la impartirá Jesús Molero, que comparte con Antonio de Juan la condición de profesor de la UCLM, mientras que el 30 de enero el profesor de la Universidad de Jaén Juan Carlos Castillo será quien aborde el desarrollo de la batalla de las Navas de Tolosa, que aunque se libró en lo que hoy es territorio jienense, la mayor parte de la campaña previa se desarrolló en espacios que hoy en día forman la provincia del Ciudad Real.