La mujer que casi quema a su familia "es inimputable"

Pilar Muñoz
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El abogado Buenaventura Velasco defiende que la acusada es inimputable por la enfermedad mental que sufre. El Ministerio Fiscal pide una condena de 25 años por intentar asesinar a su marido y a sus dos hijas menores incendiando su casa de Ciudad Real

Imagen de la primera vista. - Foto: Tomás Fernández de Moya

La mujer acusada de incendiar su casa cuando su marido e hijas dormían se ha negado a declarar en la Audiencia Provincial de Ciudad Real. Ni siquiera ha respondido a las preguntas de su abogado, que defiende que es inimputable por la enfermedad psiquiátrica que asegura que sufre: esquizofrenia paranoide. Su entonces pareja sentimental y padre de sus hijas ha declarado que dejó el tratamiento y que no quería ver a los psiquiatras. La situación se fue agravando y «yo no podía hacer nada, porque no reconocía la enfermedad», ha asegurado ante el Tribunal de la Sección Segunda que enjuicia los hechos ocurridos la madrugada del 4 de junio de 2020.

El Ministerio Fiscal pide para la procesada una condena de 25 años de cárcel por tres tentativas de asesinato y su abogado, Buenaventura Velasco Copado, trata de demostrar a la vista de los informes psiquiátricos que maneja que es inimputable.

En la primera sesión del juicio celebrada hoy ha prestado declaración la entonces pareja sentimental de la encausada y padre de sus dos hijas de ocho y once años cuando ocurrieron los hechos. Su relato de lo ocurrido la madrugada del 4 de junio de 2020 en una vivienda de la calle Palma de Ciudad Real ha sido sobrecogedor.

Ha afirmado que «siempre estaba en alerta» y aquella noche, como acostumbraba desde hacia un tiempo, después de la cena se retiró a su dormitorio donde había puesto dos camas para dormir con sus hijas. Cerró la puerta y sobre las seis de la mañana le despertó un olor a humo. Salió del cuarto como pudo, retiró un cojín que había tapando la puerta y que estaba ardiendo, fue al salón donde vio como ardían las cortinas y cómo estaban cerradas las puertas del balcón con la persiana bajada cuando siempre la dejaban subida. Buscó a su mujer, pero no estaba. Había huido de la vivienda tras prender fuego a un cojín que colocó en la puerta del cuarto donde dormían su pareja y sus dos hijas y después incendió las cortinas del salón, según las pruebas e informes del Ministerio Fiscal.

El hombre ha subido al estrado de la sala de vistas temblando y ha tratado de justificar la acción de su mujer: había dejado el tratamiento y llevaba días rara, deambulando por la casa, fumando sin parar y hablando sola. Pero esa noche «estaba muy amable y me pareció un poco raro porque era muy cambiante», ha relatado, tras explicar que desde que le diagnosticaron la enfermedad él asumió hacer la comida y todas las tareas de la casa. No quería apartar a la madre de sus hijas y que éstas la viera mal y oyeran sus malas y malsonantes palabras.

El hombre ha dicho que cuando vio el fuego trató de apagarlo después de poner a salvo a sus hijas en la puerta de la vivienda. «Las niñas lloraban, mientras yo intentaba apagar el fuego con camisetas empapadas en aguas. Me estaba asfixiando, pero seguí como pude hasta que llegaron los bomberos».

 También acudieron agentes de la Policía Nacional que vieron a la acusada en la puerta del bloque de viviendas. Después se fue a la estación, cogió un tren y viajó a Madrid, donde fue detenida. El 13 de junio entró en prisión donde sigue de forma provisional. En la cárcel no ha tenido problemas psiquiátricos, pese a no recibir tratamiento alguno hasta últimos del pasado año cuando el psiquiatra de la prisión le dio un antipsicótico leve. 

Conexión parcial con el mundo

Tanta Nela G. no quería ir al psiquiatra, no ha querido hablar con el abogado Buenaventura Velasco que la defiende por el Turno de Oficio Especial, no ha aceptado el acuerdo de conformidad que le ofrecía la fiscal: 4 años por intentar asesinar a su pareja, frente a los siete iniciales; y siete y medio por cada tentativa de asesinato de sus dos hijas, es decir, un total de 19 años de cárcel frente a 25. Tampoco ha querido declarar en el juicio.

Tina, como la llama su expareja, tiene una conexión parcial con el mundo, han asegurado los forenses de Alcalá de Henares que la examinaron. El primer día habló de lo ocurrido, del incendio que provocó; en la segunda sesión se cerró en banda. Según los forenses, sufre una alteración parcial de la capacidad volitiva y cognitiva. «Sabe que los hechos están mal, pero no es capaz de darse cuenta de todo lo ocurrido».

En cuanto a si estaba en brote el día de los hechos, creen que no porque fue capaz de coger un tren, viajar a Madrid e ir a un albergue de mujeres para que le dieran comida. Incluso pidió a su pareja el pasaporte antes de tratar de incendiar la casa con él y sus hijas dentro.

La Fiscalía, además de la pena de cárcel, pide que se le prive de la patria potestad durante nueve años, así como medidas de alejamiento y prohibición de comunicarse con las víctimas y 15 años de libertad vigilada tras la condena.