La normalidad volvió ayer a hacer acto de presencia en la provincia china de Hubei, cuna de la pandemia de coronavirus, donde sus habitantes pudieron utilizar el transporte público o desplazarse con libertad después de más de dos meses de estricta cuarentena.
Hubei levantó todas las restricciones de viaje que había impuesto en sus ciudades, excepto en su capital, Wuhan, que deberá esperar hasta el 8 de abril para poder recuperar su vida habitual.
Los ciudadanos de este señalado territorio pudieron volver a montar en autobús o en tren después de nueve semanas de parón, gracias a que las cifras oficiales apenas registran nuevos contagios o fallecimientos por culpa del COVID-19. Eso sí, los viajeros que quieran usar el transporte público o pedir un taxi deben presentar o bien un código QR generado por el teléfono móvil que certifique su estado de salud o un certificado médico emitido por las autoridades sanitarias locales.
Comienza así una más que relativa vuelta a la normalidad desde que el 23 de enero comenzó una cuarentena que dejó paralizado todo el tráfico en la ciudad que no fuera de emergencia.
Al menos 2.526 personas han fallecido por coronavirus en Wuhan desde que se detectara el brote, el año pasado, pero 1.358 pacientes todavía permanecen en estado grave, lo que hace temer que el balance total de víctimas mortales sea superior.
Además, alrededor de 800 personas llegaron a Pekín procedentes de Hubei organizadas en trenes especiales tras presentar una solicitud para regresar a la capital, donde residen. Según datos oficiales, más de 20.000 ciudadanos, entre trabajadores y estudiantes, aguardan su turno para hacer lo mismo y abandonar la provincia.
Esta reanudación de la actividad se suma a los buenos datos ofrecidos por las autoridades del país, que destacaron la tendencia descendente en cuanto a los nuevos casos que se registran a diario. Así, un día más, no hubo contagiados locales en todo el país, aunque sí se produjeron positivos importados, es decir, de gente procedente del extranjero, siendo 47 los registrados en las últimas 24 horas.
Además, otro motivo para el optimismo fue el dato de fallecidos, cuatro, por lo que ya casi es una semana con un balance diario por debajo de las 10 víctimas mortales.En cuanto al número de altas, ya son 73.650 personas las que parecen haber superado con éxito la enfermedad. Es, precisamente, por estas halagüeñas cifras por lo que las ciudades de todo el país, siempre bajo estrictas normas de prevención, han ido recuperando su actividad habitual. Prueba de ello, además de una mayor presencia de residentes en las calles, en el transporte público o en los parques, es que la mayoría de los sitios turísticos están ya abriendo sus puertas.
Además, el número total de turistas durante el fin de semana pasado aumentó un 91 por ciento respecto al anterior.
No en vano, la industria hostelera es una de las más afectadas por la epidemia: hoteles y restaurantes se vieron obligados a cerrar durante los meses de enero y febrero para contener la propagar el virus antes de comenzar a reanudar su actividad gradualmente.