Cuatro años y medio después de que las perras podencas Tierra y Raíz fueran brutalmente maltratadas hasta el punto de casi causarles la muerte y abandonadas se han sentado en el banquillo de los acusados los dos presuntos autores que han acabado admitiendo los delitos que les imputaba el Ministerio Fiscal y aceptando la pena de un año de prisión, seis meses por cada uno de los dos delitos de maltrato animal previstos en el artículo 337 del Código Penal.

Según ha podido saber La Tribuna, el escrito de acusación y las pruebas presentadas por la fiscal de Medio Ambiente, Arancha Vinuesa, han hecho posible el reconocimiento expreso del delito por parte de los acusados. De este modo, se ha alcanzado un acuerdo de conformidad y la condena ha sido por los delitos que formulaba la fiscal.  Además de la pena de cárcel, se les inhabilita de forma especial para ejercer una profesión u oficio relacionado con animales y para la tenencia de los mismos durante cuatro años. También deben abonar a la Protectora de Animales los gastos ocasionados para la total recuperación de las podencas por el estado de abandono que presentaban.

El caso de Tierra y Raíz es de los más sangrantes de maltrato animal en la provincia.