El 25% de pozos inspeccionados presenta irregularidades

Pilar Muñoz
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La Guardia Civil ha revisado más de 600 pozos en la provincia en lo que va de año y pide la colaboración ciudadana para localizar los ilegales para su clausura

El 25% de pozos inspeccionados presenta irregularidades - Foto: Pablo Lorente

Los pozos se utilizan para obtener agua desde hace siglos y de un tiempo a esta parte han proliferado porque el agua escasea. Se hace la perforación y si no se encuentra agua reina una vieja práctica: el pozo se tapa con una chapa o piedras y se abandona, una trampa que puede ser mortal como en el caso del niño Julen Roselló, de dos años, que fue rescatado sin vida 13 días después de que cayera en un pozo de un finca de Totalán (Málaga). Su caso llevó a las primeras páginas de periódicos y aperturas de informativos una situación conocida en el medio rural, pero que la mayoría de los ciudadanos ignoran. Se generó una alarma social en torno al control de los pozos sin saber del trabajo que a diario realizan los agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza), si bien es cierto que a raíz del caso  Julen se ha incrementado la vigilancia.

Más de 600 pozos han sido inspeccionados en los seis primeros meses del año en la provincia de Ciudad Real por agentes del Seprona (Servicio de Protección de Naturaleza) con el fin de «verificar la seguridad» en los mismos.

En el 25 por ciento de ellos se han detectado «medidas insuficientes» de seguridad. En estos casos se informa e insta al propietario a adoptar las medidas conforme a la ordenanza municipal y normativa, explica a este diario el teniente responsable del Seprona, Óscar Fernández.

Cuando se han detectado ciertas irregularidades respecto a la seguridad o la legalidad del pozo, éstas también se ponen en conocimiento de la autoridad competente y se insta al propietario a adoptar de inmediato las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los pozos.

En los supuestos de ilegalidad, el trámite es diferente. El Seprona se pone en contacto con los responsables de la Confederación Hidrográfica del Guadiana y con Minas.

La diferencia entre pozos legales y no legales radica en si están inscritos en la CHG, si disponen de la oportuna autorización o como mínimo la ha llegado a pedir. En este sentido, los agentes del Seprona han constatado que en muchos casos los propietarios no han legalizado los pozos.

Los fosos ilegales «son más difíciles de encontrar» y, por ello, el Seprona lleva a cabo muchas acciones encaminadas a detectarlos para que sean sellados.

El pozo ilegal «no es la típica construcción a cielo abierto que se puede encontrar en el campo. La gente va perfeccionando el sistema, lo tapa y lo esconde para que no pueda ser detectado» encerrando un gran peligro para las personas, convirtiéndose en una trama que puede ser mortal como en el caso del pequeño Julen. Por ello, la Guardia Civil pide colaboración a los ciudadanos para localizar los pozos ilegales.

El fin de estas prospecciones está claro: «Una persona tiene un pozo de agua ilegal porque pretende regar con él, bien para que no se detraiga de otro aprovechamiento que sí está autorizado o porque ha hecho una plantación de leñosos o herbáceos que necesitan agua y mientras se lo autorizan y no hace el pozo y está regando sin tener autorización», aseveran.

En cuanto a accidentes, el teniente responsable del Seprona dice que en Ciudad Real últimamente no ha habido incidentes graves, por fortuna. En años anteriores sí ha habido personas que han caído a un pozo y que han sido rescatados por agentes del Seprona.

En este sentido, recuerda que hace años, en 2003, varias personas murieron en Piedrabuena al caer en un pozo y quedar atrapadas dentro del mismo. Ocurrió en un chalet en la zona de la Tabla de la Yedra, a unos tres kilómetros de Piedrabuena, al lado del río Bullaque. Llamaron a un electricista para que reparase la bomba de agua de un pozo, de unos doce metros de profundidad, que se había estropeado. Tras realizar la reparación volvió a bajar porque se le había caído algo y quedó atrapado. La dueña del chalet bajó para ayudarle y tampoco pudo salir, bajó otra persona que corrió igual suerte y por último el dueño de la vivienda que descendió con una cuerda y pudo ser restacatado por la Guardia Civil. Las otras personas murieron.

campo de actuación. El Seprona tiene un campo de actuación amplísimo, tanto como el territorio a proteger. El teniente Fernández recuerda que la misión genérica es proteger el Medio Ambiente y velar por las disposiciones que garantizan la protección del mismo. Es decir, se encarga de la protección del suelo, agua, atmósfera, de la sanidad animal y de la conservación de especies de flora y fauna. Además, lucha contra los vertidos y contaminación del medio ambiente, el comercio ilegal de especies protegidas, actividades cinegéticas y de pesca irregulares y de la prevención e investigación de los incendios.

 Todo ello les obliga a una profesionalización muy importante y de hecho desde hace unos años los agentes del Seprona tienen la consideración de policía judicial medioambiental específica, que le valía a defender sus actuaciones en los tribunales y juzgados y en la vía administrativa.

El territorio a proteger en Ciudad Real es amplísimo. Tienen 20.000 kilómetros cuadrados, con dos parques nacionales como son Tablas de Daimiel y Cabañeros; y dos naturales  Ruidera y Valle de Alcudia. En verano tienen en marcha una campaña especial en el parque de Ruidera dada la afluencia de gente que acude y también la de incendio, ya que intervienen en todo lo que rodea al incendio, la investigación del mismo, la protección civil de las personas.