Con gastos sobrevenidos, incremento de solicitudes de ayuda, necesidad de adquisición de material de protección o, en algunos casos, con una bajada de ingresos. Estas fueron algunas de las consecuencias que tuvieron que afrontar los municipios en sus presupuestos debido a la irrupción de la pandemia, una situación inesperada que, por fortuna, muchos municipios sortearon con unas cuentas en positivo, lo que ha arrojado cierta tranquilidad a la hora de hacer frente a meses duros de la pandemia y a esta etapa de postcovid.
En concreto, la provincia de Ciudad Real aglutina de 2020 más de 175 millones de euros en remanente de tesorería, una magnitud contable que sirve de termómetro de las cuentas públicas y que en este caso se corresponde con los 36 municipios de la provincia que han comunicado estos datos al Ministerio de Hacienda, más la Diputación, que acapara hasta 77 de esos 175 millones de remanente.
Tras la institución provincial, el Ayuntamiento de Ciudad Real es el que figura con una mejor salud de sus cuentas, ya que cerró el ejercicio 2020 con un remanente de 21,7 millones de euros. Buena parte de ese remanente se ha aplicado a lo largo de este ejercicio y en gran medida ha servido para «paliar los efectos de la pandemia». Así lo aseguró a este diario el concejal de Hacienda de la capital, Nicolás Clavero, quien destacó que gracias a ese colchón aumentaron en 500.000 euros la partida de ayudas individualizadas de Acción Social; en 80.000 el gasto de estancias de sin techo; en 50.000 el apoyo a entidades; en 65.000 la partida de ayudas para material escolar o en 435.000 euros para fomentar el empleo en el Impefe, además de los 1,5 millones que se aprobaron para el II Fondo de Reactivación y de otras partidas comprometidas en inversiones. Dinero que se suma, recordó, a las partidas que ya destinaron a sufragar los efectos del COVID en 2020 con el remanente de 2019.
Clavero, al igual que el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Daimiel, Jesús David Sánchez de Pablo, recordaron que, fruto de la pandemia, el Gobierno central, eliminó las reglas que regían la utilización del remanente, abriendo la mano para que los municipios lo destinaran a aquellos gastos que considerasen oportunos.
En este sentido, el edil daimieleño subrayó que en su caso sólo han hecho frente a gastos «necesarios» y «no se ha abusado» de un parámetro que supone sólo una magnitud contable y no euros contantes y sonantes. En este caso, Daimiel cerró 2020 con 3 millones de euros de remanente. «Es una magnitud contable que pone en relación las obligaciones de pago, que son datos ciertos, con derechos reconocidos, que en ocasiones son incobrables» y que, por diferentes circunstancias, no siempre llegan a la caja municipal. Por esta razón, Sánchez de Pablo señaló la «prudencia» con la que actúan para evitar que 'se vuelva la tortilla', y caigan de nuevo en números rojos. En este sentido, afirmó que les costó mucho llegar a una senda en positivo y así desean que siga siendo.
Por su parte, el alcalde de La Solana, Eulalio Díaz-Cano, que tuvo un remanente de 1,1 millones de euros, comentó que se trata de cifras en positivo que al menos dan tranquilidad para afrontar gastos. «Por lo menos son un colchón», comentó.