Los profesionales de Ingeaf, un gabinete de ingeniería agroforestal de Albacete, están «acabando de dar forma» al documento de alegaciones que, en nombre de la Asociación de Vecinos del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, remitirán al Gobierno de Castilla-La Mancha antes del 17 de julio, fecha en la que finaliza el plazo para alegar al borrador del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de este espacio protegido. El documento, según explica a La Tribuna Alejandra Sandoval, una de las redactoras, recoge de forma desglosada todas las actuaciones con las que no están de acuerdo los vecinos y empresarios, que consideran que este PRUG supondrá el «estrangulamiento económico» de la zona y la «pérdida de puestos de trabajo», contribuyendo a avivar el fenómeno de despoblación que sufre la comarca desde hace años. En 2018 se registraron 150.000 pernoctaciones en Ruidera y Ossa de Montiel, lo que se traduce en unos 400 empleos. Pero además de los puntos más conflictivos detectados en el borrador, entre los que se encuentra la reforma de la carretera que discurre por las lagunas (cuyo proyecto se encuentra en exposición pública desde hace un mes), el documento realiza una introducción a la normativa que rige la ordenación de los parques naturales (Ley de Conservación de la Naturaleza) para hacer hincapié en que este tipo de planes deben incluir «medidas concretas y concisas». Por el contrario, Alejandra Sandoval sostiene que el borrador presentado por la Administración regional es «muy ambiguo y contradictorio» y deja un escenario de «arbitrariedad e inseguridad jurídica». «Al final, el órgano gestor del parque hace y deshace a su libre albedrío», apostilla. Entre las contradicciones, la responsable de Ingeaf no entiende cómo pretenden desestacionalizar el turismo, incrementando el número de turistas más allá de la época estival, «si hay restricciones para el desarrollo de actividades, como el senderismo, después de que se ponga el sol, cuando en invierno ya es de noche a las cinco de la tarde». «También quieren limitar la contaminación lumínica y limitar la entrada de turistas en función de la capacidad del parque, pero no explican cómo ni cuánta es la capacidad del parque», agrega. El movimiento vecinal en contra del borrador del PRUG, provocó una ampliación del plazo de alegaciones, que en un principio finalizaba el 17 de mayo. Vecinos y hosteleros salieron a la calle para exigir «menos prohibiciones y restricciones y más colaboración». Alejandro Chillarrón, portavoz de este movimiento vecinal, explicó que la Junta había contratado el servicio de una empresa para conocer las demandas y opiniones de los diferentes colectivos afectados por el PRUG y «esos criterios e inquietudes no se han trasladado en el documento, sino que se han guardado en un cajón». Desde entonces han mantenido dos reuniones con los responsables del área de Medio Ambiente de la Junta de Comunidades, una antes y otra después de las elecciones del 26 de mayo. Sin embargo, desde la Asociación de Vecinos del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera no son muy optimistas en relación que se introduzcan grandes cambios en el PRUG. Destacaron la «buena disposición» del Gobierno regional para poder llevar a cabo estos encuentros, al tiempo que lamentaron que sólo se vayan a introducir «pequeñas modificaciones de menor importancia». Un sabor «agridulce» que esperan mejorar con el documento que enviarán en unos días Toledo.