La Concejalía de Acción Social cerrará en 2019 el tercer año en que las ayudas individualizadas no se van a agotar en el Consistorio. Se trata de un apoyo económico clave en el trabajo de una Concejalía que desde 2016 viene incrementando esta partida, buscando el equilibrio entre ayudar a las familias y evitar que el dinero dedicado al trabajo social se quede en las arcas municipales. En 2017 se destinaron 134.037 euros, en 2018 se superaron los 146.000 euros y en 2018 hasta el 10 de diciembre van 664 ayudas aprobadas con 153.550 euros gastados. Esta situación lleva la Concejalía a anunciar que el próximo año se plantea reducir la cuantía. Así lo avanzó la concejala de Acción Social, Matilde Hinojosa, quien hizo balance de esta línea de apoyo a las familias hasta el 10 de diciembre.
De este modo, Hinojosa apuntó que la idea es trabajar en encontrar el equilibrio de las ayudas que se sitúa «en torno a los 170.000 euros», 30.000 menos que los dedicados en 2019, y que puede ser el balance correcto para «tener una partida lo suficientemente amplia para afrontar todo lo que se demanda». La concejala recordó que se está trabajando en el presupuesto del próximo año y «se baraja una redistribución a petición de los servicios sociales porque el dinero no se irá de Acción Social» con el objetivo de que se pueda emplear en otro ámbito. De hecho, «este año, la demanda de ayudas individualizadas está totalmente cubierta y sobran 46.550 euros», indicó la concejala de Acción Social. En 2019 se hizo «una partida muy amplia intentando detectar si había parte de la demanda que no se cubría».
Hay que tener en cuenta que estas ayudas no se solicitan por los usuarios sino que son peticiones que realizan los técnicos de los servicios sociales como «herramientas» para normalizar la vida de la persona. En este sentido, Hinojosa apuntó que la Concejalía trabaja en tres áreas como son «el desarrollo comunitario, paliar las necesidades de emergencia y la normalización de la vida de las personas». Así, cuando no se tiene normalizada la vida es porque hay algún área, como la salud, el empleo, la vivienda o la formación que dificulta el acceso a recursos, recursos económicos principalmente. De este modo, a través de las ayudas de las distintas administraciones se cubren las necesidades básicas y las ayudas individualizadas sirven para aspectos urgentes y que no tienen partidas en otras convocatorias.
Un ejemplo de esta situación es una familia en la que se ha perdido el empleo y que no podrá afrontar dentro de tres o cuatro meses el alquiler o la vivienda. «Hay una perspectiva de futuro con un plan de empleo o de encontrar trabajo y desde Acción Social cubre ese periodo de alquiler» a través de una ayuda individualizada. En este caso hay que tener en cuenta, recuerda Hinojosa, que cuando el presupuesto era de 55.000 euros solo se cubría «una ayuda por familia y año y en una situación de emergencia extrema», la idea ahora es ser «más flexible» buscando la normalización.
Las ayudas del año 2019, hasta el 10 de diciembre, se distribuyen en 305 destinadas al pago del alquiler, por un importe de 73.900 euros; 169 al pago de gasto de gas y luz, por importe de 39.150 euros; 97 a la compra de alimentos frescos; 55 al arreglo de viviendas; y 38 a hipotecas. En 2018, hasta el día 10, se concedieron 588, y en 2017 el volumen fue de 618 ayudas. El dinero se dedica a «cuestiones necesarias e imprescindibles en el día a día». De hecho, el alquiler o la hipoteca son las principales porque «la vivienda es fundamental en la normalización de una persona, ya que si no hay una vivienda adecuada o digna es difícil cubrir el resto de áreas».
La edil recordó que es clave el trabajo del área y que a los vecinos no les cueste tanto llegar a los Servicio Sociales por una posible estigmatización. Hinojosa explicó que igual que se ha normalizado entre los vecinos que cuando haya que hacer una reforma se acude a Urbanismo, «cuando hay una situación complicada hay que ir a servicios sociales que es un servicio del Ayuntamiento».