El humorista que triunfó tras el vídeo viral de la aceituna

Manuela Lillo
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Agustín Durán, natural del municipio de Picón, se ha convertido en un afamado monologuista de la tierra, una profesión en la que se sumergió de manera profesional a partir del año 2015 y con la que ha cosechado ya todo un ejército de fieles seguidore

Agustín Durán, junto a la sede de 'La Tribuna'. - Foto: Rueda Villaverde

Con sólo escuchar el nombre de Agustín Durán se despliega una enorme sonrisa. Su sentido del humor es ya todo un referente, 100% sello manchego, amante de su tierra, sus gentes y sus expresiones más profundas. Este monologuista recuerda muy bien cuál fue primer contacto con La Tribuna. Fue el 27 de noviembre de 2003, tras actuar en el Concurso de Monólogos de la Facultad de Informática en el paraninfo de la Universidad de Castilla-La Mancha ante más de 1.200 personas, un certamen que ganó. «Esa fue la vez gorda», como él mismo dice tras recordar que su primera actuación fue no obstante en ese mismo concurso un año antes, aunque en esta ocasión en el salón de actos de dicha facultad y en un formato mucho más modesto.

A partir de ahí le picó «el bicho de la comedia» y este profesor de piano comenzó a actuar en algunos lugares en los que se sentía cómodo, ofreciendo su humor a aquel primer público que le respondía con las primeras risas. No fue hasta el año 2015 cuando, tras grabar unos vídeos que se publicaron en las redes sociales y se viralizaron, «de forma natural empezaron a llamarme para hacer monólogos». Ahí se abrieron las puertas de su nuevo futuro.

De hecho, el vídeo que recuerda con mayor cariño es el de la aceituna, que solamente en Facebook llevaba casi 9 millones de reproducciones, incluso en países como Argentina o México. «Fue increíble ver cómo un tío pegando palos a un olivo en su pueblo, ahí en Picón, podía llegar tan lejos», comenta con la gracia que le caracteriza. «Eso me hizo darme cuenta de que el mundo rural es una gran fuente de inspiración para el humor, que sirve para divertir y dar a conocer a todo un universo que muchas veces está ahí aparcado», explica este monologuista.

Página del periódico en el que salió por primer vez Agustín Durán, quien participó en un concurso de monólogos y lo ganó.Página del periódico en el que salió por primer vez Agustín Durán, quien participó en un concurso de monólogos y lo ganó.Y es que su humor es de lo más manchego, con los ‘vocablos’ más típicos. «Es lo que controlo, mi tierra y el campo, si me ven haciendo un monólogo del Boson de Giggs dirán: Este no tiene ni idea de lo que habla», afirma mientras ríe. No en vano, Durán subraya el papel que ha jugado «el maestro José Mota (natural del municipio ciudadrealeño de Montiel)» y humoristas como «los chanantes»: Julián López, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas o Joaquín Reyes, que han llevado al humor manchego al más alto nivel en el ámbito nacional. Durán ha desarrollado espectáculos como el de ¡Hola borreguetes! o Cazafantoches, paralizado ahora por la pandemia.  

Aunque la comedia es innata en él, reconoce que su desempeño como profesional «lleva mucho trabajo y muchos quebraderos de cabeza». «Hay que probar los textos porque uno escribe algo pensando que es divertido, pero no tiene porqué divertirle a nadie». Su objetivo es conseguir que el mayor número posible de personas se diviertan y para ello tiene en cuenta que «el mundo rural tiene mucha comedia, la gente de los pueblos consigue hacerte reír, ojo, reírte con ellos, no de ellos», argumenta en defensa de un humor «compartido y sano», sin ofender a nadie. «Prefiero que se ría cuanta más gente mejor y si puedo evitar pisar determinados jardines, los evito. Yo quiero que se ría el 80 ó el 90% del público, como poco», comenta.

Explica que gran parte de su público es gente mayor, que llena los teatros en los que ha estado actuando, pero también las plazas de los pueblos y de hecho recuerda que en una ocasión acudió a un pueblo de Albacete de cien habitantes a ofrecer un monólogo y acudieron 300 personas. Aún lo recuerda con emoción y agradecimiento. «Lo bonito es saber que la gente va a verte a ti, que hay gente que se ha gastado las perras en una entrada para decir: voy a ver al imbécil éste de la gorra», afirma.  

Alcalde de su pueblo

Pero su faceta de monologuista no es la única que le ha llevado a estar en la prensa, también lo fue la de alcalde de su pueblo, Picón, cargo que ostentó en la legislatura 2007-2011. «Yo siento mucho amor por mi pueblo y pensé que podía aportar cosas pero me di cuenta de que aquello no era algo para mí». De hecho, subraya la importante labor que tienen que desarrollar los alcaldes en los pueblos pequeños, donde todas sus decisiones «tienen cara» y donde se trabaja con una gran implicación y dedicación.

«Yo creo que nunca hablo mal de los políticos, aunque puedo estar de acuerdo o desacuerdo, pero al que le toca ser alcalde o concejal sobre todo en un pueblo pequeño, es para ponerles una rotonda», comenta con humor. «Encima me tocó la crisis, fue fantástico, no faltó más que cada vez que llegase al Ayuntamiento que me pegasen una ‘patá’ en la boca para hacer de aquello un sueño», ríe para asegurar que, sin embargo, aprendió mucho.

Durán trabaja actualmente en la televisión autonómica, en el programa ‘En compañía’, con Ramón García y empezó a grabar recienteme un concurso que presentará él, también para dicha televisión. «En este momento en el que las actuaciones se han ido a hacer puñetas por la pandemia, la televisión me ha salvado la vida, primero porque me ayuda a salir de mi casa y luego  me da de comer», dice con gratitud. Reconoce que es un momento complicado, a pesar de todas las medidas de seguridad que ha puesto en marcha el mundo de la cultura para evitar los contagios y sea segura.