Tras la huella del santo

La Tribuna
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Dos peregrinaciones llegadas desde el norte peninsular, la primera desde el País Vasco y la segunda desde tierras asturianas, han seguido esta semana los pasos de San Juan de Ávila con motivo de su nueva Año Jubilar

Tras la huella del santo

Con motivo del Año Jubilar que Almodóvar del Campo celebra desde el pasado mes de mayo en honor a San Juan de Ávila, el doctor de la Iglesia universal nacido en esta población, esta semana se dio acogida a dos importantes peregrinaciones llegadas desde el norte peninsular. De esta manera, el lunes recalaron por la tarde algo más de medio centenar de personas, en su mayoría jóvenes estudiantes de Secundaria, llegadas desde el País Vasco, que tuvieron tiempo de recorrer todas las sedes jubilares junto al voluntariado de Vocatio e, incluso, de cenar en el cerro de Santa Brígida, gracias también a la colaboración de una hermandad local y de pernoctar en el campo de fútbol municipal. Javier Moreno, el párroco que presta servicio sacerdotal a numerosas iglesias al norte de la provincia Burgos, muy cerca de Bilbao, en donde también estuvo viviendo, mostró meses atrás su inquietud por evitar que el verano para los jóvenes «no fuese un tiempo de vacío, sino que sirva para encontrarse con el Señor». Algo que acabó desembocando en esta peregrinación de profundo sentimiento religioso, para conocer una de las figuras eclesiásticas más grandes de todos los tiempos como es San Juan de Ávila. Este año se conmemora precisamente el 450º aniversario de su muerte y el 50º de su canonización, estableciéndose en la ciudad que le vio nacer como argumento de jubileo ‘Un nombre para siempre’. Moreno se mostró encantado de conocer in situ la figura de este santo. La agenda se abría pasadas las 17.00 horas en lo alto del cerro de Santa Brígida, en el interior de cuya ermita pudieron asistir a la primera experiencia de recogimiento, introducida por una de las guías de Vocatio que les acompañó, durante todo el recorrido, así como por uno de los audiovisuales que en cada sede introduce al peregrino en la experiencia vocacional y de testimonio que ofrece este Año Jubilar. Ya en el casco urbano, pasaron a la capilla de San Juan Bautista de la Concepción, donde el examen de conciencia fue la clave de esta otra estancia, previa al acto de reconciliación que luego iba a anteceder la celebración eucarística vespertina. La expedición hubo de dividirse en dos grupos para poder adentrarse con todo el recogimiento necesario y poder alcanzar a comprender, asimismo, la trascendencia de la experiencia que vivió en primera persona san Juan de Ávila refugiándose en la oración a Dios en el interior de la cueva de su Casa Natal, algo de lo que ahora se conmemoran 500 años. Y apenas transcurridas escasas horas de que retomase su camino la peregrinación vasca, llegó a la localidad otro autobús desde el norte, aunque esta vez de tierras asturianas. Su agenda, más apretada, se prolongó entre el mediodía y la hora de la sobremesa, pero fue también de gran hondura en cuanto a la religiosidad de la experiencia, por parte de otro nutrido grupo de estudiantes de Secundaria. La parroquia, donde asistieron a la eucaristía, y la Casa Natal de San Juan de Ávila fueron las sedes en las que se ganaron el jubileo.