El edificio que fue convento, hospicio y ahora, residencia

Rafael Cantero
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La Orden de los Franciscanos, fundada e inspirada siguiendo el ideario de San Francisco de Asís, fue una de las primeras órdenes religiosas que se establecieron en Ciudad Real una vez que Alfonso X otorgó la Carta Puebla a Pozuelo de don Gil

El edificio que fue convento y hospicio y ahora, residencia

La Orden de los Franciscanos, fundada e inspirada siguiendo el ideario de San Francisco de Asís, fue una de las primeras órdenes religiosas que se establecieron en Ciudad Real una vez que Alfonso X otorgó la Carta Puebla a Pozuelo de don Gil. Esta orden se caracterizaba por vivir de la limosna y practicar la pobreza, la humildad y el servicio a los demás, razón por la que recibe el nombre de mendicante, haciendo referencia a la mendicidad de la que dependen para sobrevivir.

El convento de San Francisco fue fundado en torno a 1263 y se encontraba ubicado próximo al Alcázar, junto a la Puerta de Granada. Sobre ese terreno se levantan en la actualidad los edificios del colegio público Santo Tomás de Villanueva, el Instituto de Enseñanza Media Nuestra Señora de Alarcos, el Centro de Exposiciones de la Diputación de Ciudad Real y la residencia de estudiantes Santo Tomás de Villanueva.

El convento de San Francisco estuvo abierto al culto durante 557 años, siendo clausurado en 1820. A partir de este momento, la edificación acogió una serie de establecimientos benéficos de diversa índole. La primera institución que se estableció fue la Casa Cuna o Casa de Expósitos, que fue creada en 1841. Posteriormente, en 1860, una vez efectuadas todas las obras necesarias, se inauguró el Hospicio Provincial de San José, con el fin de acoger a niños y ancianos desfavorecidos o sin recursos. Esta institución benéfica daba albergue a 316 personas que recibían educación, formación y alimentos. La institución estaba gestionada en aquellos tiempos por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.

El edificio que fue convento y hospicio y ahora, residencia El edificio que fue convento y hospicio y ahora, residencia - Foto: Tomás Fernández de MoyaA finales del siglo XIX, el edificio sufrió un devastador incendio que afectó seriamente a la techumbre y elementos estructurales, quedando inhabitable durante un tiempo. 

Fue precisamente en el siglo XX, en 1906, cuando se realizaron obras de rehabilitación y adaptación del edificio a las nuevas necesidades y se construyó una nueva fachada que fue proyectada por el arquitecto Telmo Sánchez, tal y como se puede observar en la fotografía datada en 1920.

A partir de 1943 se realizaron obras y reformas que fueron transformando arquitectónicamente el inmueble. La más importante fue la que se inauguró en 1963, de la mano del arquitecto Arturo Roldán Palomo. Esta nueva edificación, de grandes dimensiones, dotó al edificio con la fisonomía que tiene en la actualidad:con tres alturas y con una fachada en la que se pueden observar cuatro torreones. Dos de ellos franquean la entrada principal, a la que se accede mediante una escalinata de piedra. 

El edificio, tras otra nueva reforma, esta en 1963, acogió el Hogar de la Beneficencia Provincial, regentado durante 23 años por la Comunidad Salesiana de Ciudad Real. En 1986 se cerró y sus dependencias fueron adaptadas para acoger la actual residencia universitaria Santo Tomás de Villanueva, cuyo imponente edificio preside la plaza de San Francisco.

En este recorrido, el recinto que fue creado como servicio caritativo a los más desprotegidos ha seguido desarrollando y acogiendo a lo largo de su historia a un gran número de instituciones benéficas de la provincia de Ciudad Real.