Los ninis en la provincia caen un 35 % desde el coronavirus

Hilario L. Muñoz
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Los datos de la última EPA señalan que Ciudad Real es el quinto territorio donde más jóvenes han vuelto a estudiar o trabajar

Los ninis en la provincia caen un 35 % desde el coronavirus - Foto: LT

Una de las carambolas que ha traído la pandemia se encuentra en los jóvenes que ni estudian ni trabajan y que, por primera vez, en años, se sitúa por debajo de las 10.000 personas en la provincia de Ciudad Real. Los conocidos ninis se encuentran en descenso desde que comenzó el confinamiento y, bien por cambios sociales, la necesidad de adquirir formación o bien por motivos laborales, la recuperación que ha hecho que haya mucha demanda en ciertos empleos, ha provocado un cambio de tendencia en estos datos. En concreto, en la provincia de Ciudad Real la cifra de ninis se ha reducido en un 35,5 por ciento, convirtiéndose en el quinto territorio, tras Santander, León, Huelva y Zaragoza, donde más jóvenes han salido de la ecuación de no tener un trabajo y no estudiar, según los datos aportados a La Tribuna por el INE.

En la provincia, según el organismo estadístico, hay 8.500 jóvenes de entre 16 y 29 años que, en estos momentos, no realizan ninguna actividad, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) relativa al segundo trimestre, la que se realizó justo antes del verano. En el primer trimestre de 2020, a las puertas del confinamiento, el dato de ninis era de 13.200 jóvenes. En el encierro, con la imposibilidad de salir a la calle a buscar empleo o la falta de ofertas formativas el dato aumentó hasta los 13.700 jóvenes sin estudios ni trabajos. A partir de ahí, todos los trimestres ha caído su cifra: 12.400, en el verano de 2020; 10.600, en el otoño, con el inicio del curso el coronavirus; 11.800, único incremento de la época COVID, a primeros de 2021; y esos 8.500 en los datos a partir de marzo.

Por comparar con lo ocurrido en anteriores crisis. En el año 2007, la cifra de jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban en la provincia de Ciudad Real era de 16.300. Con la crisis del ladrillo el dato se elevó a un máximo de 23.000 en marzo del año 2014. Siete años después se ha reducido a un tercio, con mejores cifras del momento en que la construcción tiraba de la economía.

Nicolás, con una tablet y la bolsa con los libros, en uno de los recreos del grado superior que estudia en Ciudad Real.Nicolás, con una tablet y la bolsa con los libros, en uno de los recreos del grado superior que estudia en Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de MoyaDetrás de los buenos datos del segundo trimestre hay un incremento del empleo juvenil, puesto que los jóvenes que se encuentran realizando algún curso, reglado o no reglado se ha reducido, 2.200 menos, respecto a los que había en el primer trimestre de 2020. Hay 72.100 jóvenes que cursan estudios, aunque no se diferencia en estos, debido al pequeño tamaño de la muestra, aquellos que son sisi, jóvenes que estudian y que trabajan.

Una de las claves de quienes se encuentran en formación está en las perspectivas que tienen para el empleo y que en el último informe del Servicio Público de Empleo (Sepe) hay un incremento de los estudios relacionados con la sanidad o con los aspectos de la pandemia. De este modo se señala que en la provincia de Ciudad Real las actividades sanitarias son las que más demandan actualmente, y quienes tienen esos estudios están en una mejor situación en el mercado laboral. Además, dentro de la recuperación del sector del ladrillo, se apunta a aspectos técnicos de arquitectura e ingeniería como otros de los estudios con mejor salida. Como ocurre en otros ámbitos de España se indican aspectos como el transporte terrestre y curiosamente el comercio al por menor, tanto en cara al público como en almacén, así como la venta al por mayor, los comerciales, son otros de los estudios que más se demandan. Además, hay una mejora de la situación laboral de peluqueros y en una provincia como Ciudad Real se apunta a trabajos relacionados con la agricultura y la ganadería como otra de la formación clave para encontrar un empleo, según indica Informe de prospección y detección de necesidades formativas 2020 del SEPE.

 

«La continua formación provoca que cada vez haya menos jóvenes ninis»

Hay ciertos aspectos sociológicos y otros relativos a la situación del empleo tras la reducción en los datos de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Así lo señala el secretario de Juventud y Formación Sindical de CCOO Castilla-La Mancha, Juan Carlos del Puerto, quien apunta a que «el discurso social que se ha impuesto es la continua formación para la integración del mercado laboral» y esto ha conllevado que, «cada vez haya menos 'ninis'».

Este cambio de tendencia se nota, por ejemplo, en los propios trabajadores adultos, porque son muchos los que optan por volver a la formación, al reciclaje, cuando finalizan una contratación. También se da esta tendencia en los propios jóvenes que han retrasado su momento de incorporación al mercado laboral. De este modo, explicó Del Puerto, hasta ahora, cuando se analizaba la juventud, hasta los 18 años se encontraban personas que solo estudiaban; de 18 hasta los 23, había alguna que «empezaba a compatibilizar los estudios con el trabajo»; y, de los 23 en adelante, estaban quienes «se dedicaban al trabajo» en exclusiva. Esta situación que era casi un dogma se ha reconvertido en periodos, en cualquier edad, de momentos de búsqueda activa de empleo y momentos de formación.

Los ninis no son personas «pasivas», sino que son jóvenes que «han completado la etapa formativa y están en periodo de búsqueda de empleo». Es decir, son personas que «han estudiado lo que ellos creían que necesitaban para trabajar, pero no encuentran nada». Por este motivo, pasado un tiempo vuelven a estudiar y salen de los datos, es decir, los 'ninis' duran un periodo de tiempo en esa situación de desempleo, antes de lanzarse de nuevo a formarse.

Por otra parte, el responsable de CCOO recuerda que hay empleos, con alta demanda con una amplia rotación, lo que lleva a que ciertas ocupaciones, sin apenas formación, siempre se encuentren entre las más demandadas. Un ejemplo es el comercio o la hostelería, donde hay miles de contratos cada mes, pero el problema es que se trata de una contratación por horas, por días o por semanas. «Hay una alta temporalidad en el sector servicios», lo que hace que, por ejemplo, el comercio se encuentre en las ocupaciones con mejor situación en el mercado de trabajo.

 

Los jóvenes 'sísí', que estudian y que trabajan

Si el número de 'ninis' de la provincia de Ciudad Real se ha reducido, eso quiere decir que hay un incremento de, al menos, aquellos que tienen un trabajo y de también aquellos que compatibilizan los largos horarios de la formación con un empleo, aunque sea en precario, de extras o por horas, cuando puedan aceptarlo. Uno de estos 'sisis', joven que estudia y que trabaja, es Nicolás Barberán, un joven de 19 años, que se encuentra realizando un ciclo formativo de grado superior en el IES Santa María de Alarcos; las prácticas del ciclo, ya que es de formación Dual, lo que implica estar en un puesto de trabajo varias horas, al menos dos días a la semana; y empleos esporádicos cuando puede, bien dando clases por horas o bien como extra en la hostelería, cuando hay demanda.

Se trata de repartir el tiempo «en la medida en que se puede», recuerda Nicolás. «Estoy entre semana en clase y hago prácticas y, luego, cuando me surge alguna oportunidad, hablo inglés y francés, doy clase, pero también cuido niños, hago de extra en anuncios» y, si esto fuera poco, de vez en cuando, es voluntario en la asociación Mille Cunti. «Ayudo en lo que puedo».

Se trata de una labor en la que va cumplimentando su currículum con la esperanza de acabar con un empleo su etapa formativa, una de las claves de emplear las horas en formarse y trabajar. Hay que tener en cuenta que hay cierta desmotivación entre los jóvenes porque la generación de esos menores de 20 o 25 años llevan mucho tiempo escuchando que «van a vivir peor que la generación de sus padres». De hecho, recuerda, eso es algo que ya notan, porque son los primeros que tienen «problemas al acceder a la universidad», tanto por el aspecto económico como por la nota. Esto último, recuerda, no solo depende de estudiar, también de la capacidad económica del hogar, porque si se tiene que trabajar de joven no se tendrán las misma oportunidades que quien se dedica solo a estudiar a la hora de elegir un grado. Con todo, Nicolás apunta que estudiar no garantiza un empleo, y entre sus compañeros de clase, ya hay quien ha optado por cambiar su formación, tras tener un grado, y buscar empleo vía la FP.

De hecho, no ser un 'nini' es algo que se aprende desde joven, y, en el caso de Nicolás, comenzó a los 16 años, trabajando hasta de extra en algún anuncio cuando ha podido. La clave está en la necesidad de aportar algo a la economía familiar y eso es lo que le ha llevado a estudiar algo con una salida práctica, como la FP Dual, buscando la empleabilidad, al compaginar los estudios del grado superior con las prácticas. «Me dan casi un año de prácticas y de experiencia», en este caso en la gestión de alojamientos hoteleros. Se trata de un grado, recordó, con un alto porcentaje de empleo, así lo dice de hecho el observatorio del Servicio Público de Empleo, no para Ciudad Real, aunque sí para España y para otros países europeos.

En cuanto a la reducción de los 'ninis', Nicolás recuerda que el confinamiento ha sido un periodo largo en el que quienes no tenían un hogar propio se han tenido que quedar junto a sus padres, sin salir durante días y semanas. «Creo que eso ha podido contribuir a que los 'ninis' se hayan reducido», una visión alejada del mayor empleo y que incide de forma directa en el aspecto social y en la necesidad de contar con su espacio tras esas semanas de obligada convivencia durante 24 horas.