Personal de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha visitaron este viernes las obras del aparcamiento disuasorio que el Consistorio está realizando en el cruce de las calles Lirio con Quevedo. Su visita se basa en la aparición, en uno de los muros de la zona de un arco, cuya valía y antigüedad deberá ser determinada en los próximos días, pero que ha merecido por el momento la visita debido al espacio en que se encuentra, uno de los puntos con mayor antigüedad urbanística de la capital. Así lo indicaron fuentes municipales quienes expusieron que el estudio se puede realizar a la vez que las obras del aparcamiento en otras zonas, por lo que, en principio, no implicará retrasos en la inversión que está realizando el Ayuntamiento de Ciudad Real. 

El pasado 6 de junio comenzó esta obra adjudicada a la empresa Promoción y Gestión Vega del Guadiana por 75.970 euros más IVA. La inversión consiste, primero, en asegurar los postes de la zona que mantienen los cables de telefonía y otros que serán soterrados con esta intervención; para posteriormente derribar el muro de la antigua construcción de la Junta de Comunidades, propietaria del solar y que lo ha cedido por un periodo de diez años, para habilitar las 84 plazas de aparcamiento. En esta fase de habilitación es donde se ha hallado el arco así como elementos de alguna construcción.

Fuentes del Ayuntamiento consultadas explicaron que los técnicos de patrimonio analizarán lo descubierto al tratar uno de los muros cercano a los edificios en la parte trasera del aparcamiento. La intención es conocer qué es y si tiene o no valor patrimonial para, a partir de ese momento, realizar nuevas pruebas o incluir la gestión de los hallazgos dentro de los trabajos. Según su importancia, fuentes consultadas, señalaron que se podría solicitar un análisis del subsuelo aunque es pronto para decirlo aún y se decidirá a lo largo de la próxima semana cuando se analice lo que se observa a primera vista. De todos modos hay que tener en cuenta que el hallazgo al haberse producido en una zona que solo iba a tener un tratamiento superficial, no iba a derribarse, y  no implicará la paralización de la obra en un inicio y se continuarán con los trabajos. 

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