Rechazo al posible cobro por el uso de las autovías

M. E.-M. L.
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Alcaldes de algunos municipios de #CiudadReal conectados por estas vías mantienen la expectación, pero consideran que podría ayudar a mantener las infraestructuras

Vehículos circulan por la autovía A-43, una de las vías claves para el transporte de mercancías y viajeros en la provincia de Ciudad Real. - Foto: Rueda Villaverde

La opción del Gobierno de España de incluir, en el plan de recuperación que enviará a Bruselas este viernes, la aplicación de peajes en la red de autovías con el fin de garantizar los fondos necesarios para conservar la red de carreteras, mantiene expectantes a los municipios de la provincia que disfrutan del privilegio de estar conectados por estas vías de alta capacidad. Una provincia que atraviesan hasta cinco infraestructuras de esta categoría (las estatales A-4, A-41 y A-43, y las autonómicas CM-42 y CM-45), con unos 330 kilómetros de recorrido. Ante la partida de 140.000 millones de euros que la Unión Europea ha asegurado al Ejecutivo de Pedro Sánchez, éste se ha comprometido a su vez a revisar la financiación de las autovías para establecer un sistema de ingresos que garantice una mejor conservación de las mismas.

Almagro, una de las localidades más turísticas de la región, está comunicada por la CM-45, la autovía del IV Centenario. Su alcalde, Daniel Reina, reconoce que le faltan datos e información para elevar una opinión formada sobre esta posibilidad, que de momento ve muy lejana. No lo vería con malos ojos si el precio del peaje es reducido y si se excluye a transportistas de mercancías, de viajeros o de escolares, o a las personas que necesiten conducir por esta autovía por exigencia laboral. «Pero, ¿cómo se va a comprobar quién viaja por trabajo y quién lo hace por ocio?», se pregunta el edil encajero, que en cualquier caso destaca el buen estado de conservación de las carreteras secundarias que rodean a un municipio para el que la asistencia de turistas es una de sus principales fuentes de ingresos. Reina espera conocer la «propuesta en firme» del Ministerio responsable para poder así ofrecer una opinión más rotunda, disipando así las muchas dudas que ahora asaltan.

Otro caso singular es el de la ciudad de Manzanares, enclave en el que confluyen la A-4 y la A-43, por lo que día tras día es testigo del paso de miles de vehículos. A su alcalde, Julián Nieva, no le extraña en absoluto la propuesta de gravar la utilización de las autovías nacionales, algo que «más tarde o más temprano» tendría que suceder. Para el primer edil manzanareño, cobrar por viajar por una autovía no sería algo muy distinto a otro tipo de tasas como la zona azul. «Cobrar impuestos es una necesidad para poder mantener las políticas distributivas. No sería diferente a lo que ya se plantea en otros espacios», afirma Nieva, quien recuerda que «para mantener los servicios públicos gratuitos con los que cuenta este país hay que buscar vías de recaudación, y en este caso serviría para compensar el elevado coste que supone el mantenimiento de una autovía». No obstante, el alcalde de Manzanares no cree que el futuro cobro de peajes se fuera a traducir en el menor uso de las autovías, al tratarse de vías de comunicación en las que «todo son ventajas, por seguridad, tiempo y coste». Eso sí, da por hecho que cuando esta norma vea la luz deberá llevar incorporadas exenciones o bonificaciones para según qué usuario, «porque no es lo mismo un transportista que un turista, y tampoco un vehículo pesado que uno ligero». Asimismo, confía en que dicho pago esté «bien distribuido» y que sirva para mejorar el mantenimiento de las autovías, fundamentales para este municipio de la provincia.

Por su parte, el presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir) y de la Asociación Provincial de Transporte de Mercancías, Carlos Marín, afirma que la implantación de este pago en las autovías es una «reivindicación de Seopan», la patronal de empresas constructoras y de infraestructuras, «que se ha empeñado en que los paganos seamos los transportistas». Por esta razón, advirtió que si finalmente se lleva a efecto y no se excluye del pago al sector del transporte, «pararemos España» con movilizaciones de protesta. Del mismo modo, apuntó al incremento de la accidentalidad que puede conllevar en vías convencionales.

Transporte de viajeros. Tampoco tiene dudas sobre el impacto negativo que tendría la aplicación de peajes en las autovías es la Asociación Provincial de Empresarios de Transporte de Viajeros, desde donde se deja claro que cualquier coste que se añada al desplazamiento por carretera «no se puede considerar una propuesta positiva». Así lo afirma su presidente, Cándido Bravo, a La Tribuna. Recuerda que, a diferencia de las autopistas de peaje, en las autovías no suele haber vías alternativas que realicen el mismo recorrido para los usuarios que opten por no pagar a cambio de utilizar una carretera de peor calidad.

Según la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (Acex), España se encuentra entre los últimos países europeos por inversión en carreteras, con sólo 22.489 euros por kilómetro, mientras que países como Francia, Alemania e Italia estarían por encima de los 41.000 euros.