El debut de Javier Laguna como entrenador del primer equipo del Vestas Alarcos se saldaba con derrota en Málaga (29-27) en un partido de fuerzas equilibradas que se decantaba del lado local en la recta final. Pese a ese resultado adverso, el joven técnico ciudadrealeño obtuvo «sensaciones positivas» y defendía que «el equipo estuvo bien para los acontecimientos que hubo durante la semana», en referencia a la inesperada dimisión en bloque de Javier Márquez y su cuerpo técnico. Además, las ausencias por lesión de Lumbreras, Almansa, Martín Molina, Da Silva y Héctor González (sólo pudo ayudar en defensa) se tradujeron en menor capacidad de rotación, por lo que al final del partido «nos faltó gasolina». 

Con apenas tres entrenamientos dirigidos, Javier Laguna casi no ha podido trabajar con un grupo de jugadores a los que ha encontrado «muy unido» y comprometido con la situación: «Se han portado muy bien conmigo. Le pusieron coraje, muchas ganas e ilusión».

Laguna estaba ayer trabajando ya en el compromiso de este sábado contra Villa de Aranda en el Quijote Arena (18 horas), un duro rival que exigirá del Alarcos una gran versión. Confía en poder utilizar ya en ataque a Héctor González, mientras que es pesimista con el resto de lesionados. De aquí al sábado intentará darle un toque personal al estilo de juego, aunque asume que será «muy complicado» cambiar planteamientos tácticos y pautas de trabajo. De aquí al parón navideño (restan los partidos contra Villa de Aranda y Torrelavega) se propone intentar crear una «marca blanca» entre el Alarcos de Márquez y el suyo.