Soterrada una línea de alta tensión en Las Tablas

Ana Pobes
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El tendido eléctrico de 15 kilovatios se ubicaba en un paraje incluido en la ampliación del parque en 2014 y carecía de cualquier dispositivo de prevención para las aves

Vista de la zona sin postes eléctricos tras el soterramiento. - Foto: Rueda Villaverde

Después de tres meses de ejecución y una inversión de 135.000 euros, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel deja de ofrecer una de las imágenes que más preocupaba a las organizaciones conservacionistas y a la propia dirección del humedal: la línea eléctrica que se ubicaba en la Dehesa del Quinto de la Torre y que suponía un «grave peligro» para la avifauna. El objetivo era soterrar por completo el tendido eléctrico antes de que acabar el año, y el compromiso se ha cumplido con creces. Algo que llena de «satisfacción» al director del Parque Nacional, Carlos Ruiz de la Hermosa, quien en declaraciones a La Tribuna, agradeció al Ministerio de Transición Ecológica su interés por este proyecto que ha visto la luz gracias a la financiación de la Dirección General del Ministerio. Y es que, mientras en otras ocasiones se llevan a cabo medidas correctoras, el departamento de Teresa Ribera optó por la solución del soterramiento total.

Dehesa del Quinto de la Torre es un paraje de Las Tablas adquirido por el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) en noviembre de 2011 y que, debido a su riqueza ambiental, formó parte de la ampliación del humedal aprobada por el Consejo de Ministros el 10 de enero de 2014. En él se ubicaba este tendido eléctrico de una tensión media de 15 kilovatios (KW) que carecía de cualquier dispositivo preventivo anticolisión y antielectrocución para las aves, por lo que era una actuación «necesaria» al ser «extremadamente peligrosa para las aves», comenta Ruiz de la Hermosa. Ahora, tras su soterramiento «se protege a la avifauna y se anula el impacto paisajístico», subraya el director del parque. Con esta actuación, Las Tablas de Daimiel quedan libres de líneas eléctricas en esta zona, aunque el objetivo pasa ahora por eliminar otro tendido que se ubica por el entorno del Molino de Molemocho.

Pero éste no es el único objetivo que la dirección del humedal y el Organismo Autónomo Parques Nacionales tiene encima de la mesa. Así, tras acabar el soterramiento de esta línea en la dehesa, se trabajará en la construcción de nuevos viveros de cara a fomentar la presencia de conejos y así incrementar la presencia de aves rapaces en la zona de esta dehesa, pues «hasta ahora no podíamos ni debíamos por el peligro que representaba la instalación de la línea», argumenta Ruiz de la Hermosa.

Sobre las especies más sensibles que colisionan con este tipo de infraestructuras pertenecen a grupos que tienen en común un vuelo pesado o una vista restringida, ya que tienen una mayor dificultad en apreciar y poca o escasa capacidad de maniobra para esquivar al cable, como son las zancudas o limícolas, las acuáticas, los láridos y otras similares. De hecho, el Gobierno ha puesto cifras por primera vez al número de aves que mueren en los postes de las compañías eléctricas. Así, los tendidos provocan la muerte por electrocución de al menos 33.000 rapaces al año, según un informe oficial que alerta de que esta es la principal causa de mortalidad en varias especies en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica, el águila perdicera y la avutarda hubara canaria. El trabajo, firmado por los ingenieros de montes María Ángeles Soria, del Ministerio de Medio Ambiente, y Francisco Guil, de la empresa pública Tragsatec, estima un impacto económico por pérdida de biodiversidad de 141 millones de euros cada año.