Poder jugar en la Liga Asobal no está al alcance de todos; llegar y mantenerse, menos aún. Pero alcanzar la cifra de los 600 goles ya es cosa privativa de los jugadores totalmente consagrados. Javier García Rubio (7 de enero de 1990, Bolaños de Calatrava) puede presumir de ello. En la última jornada, el pivote del Ángel Ximénez Puente Genil ayudaba con cinco goles en la victoria de su equipo ante el Puerto Sagunto (30-26), y de paso superaba esa cifra que, no hace tanto, él mismo veía como inaccesible.
Javi García abandonó pronto su casa familiar para formarse en la cantera del FC Barcelona. Sus primeros pasos en el balonmano los daba en Plata, en el Barça B y en Palma del Río, cedido por el club culé. Debutaba en la máxima categoría en las filas del desaparecido Zaragoza (temporada 2011-2012), donde permanecía dos años, para después probar fortuna en la liga francesa enrolándose en el  Nantes. Después regresaba a España para defender tres campañas los colores del BM Logroño, donde se consolidaba como uno de los mejores jugadores del país en los seis metros, llegando incluso a ser internacional con la selección española, aunque en el último año como jugador riojano sufría una grave lesión en los ligamentos de su tobillo. Su último destino antes de recalar en el Ángel Ximénez era el BM Guadalajara, donde permanecía dos temporadas. El recorte presupuestario en el club alcarreño provocaba su salida y la de otros jugadores, encontrando en Puente Genil un buen lugar donde continuar con su ya dilatada y consolidada carrera profesional.

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