Casi 33.000 vecinos solo tienen un banco al que acudir

Hilario L. Muñoz
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Los datos del Banco de España señala que la provincia ha perdido desde 2010 más de un centenar de oficinas, pero solo seis localidades se han quedado sin ella

Casi 33.000 vecinos solo tienen un banco al que acudir - Foto: Rueda Villaverde

La crisis inmobiliaria del año 2009 y la digitalización han provocado una reducción del número de oficinas y entidades bancarias repartidas por la provincia de Ciudad Real. Se trata de un hecho que ha ido ocurriendo entre fusiones o la desaparición de antiguas entidades crediticias que aún existían en algunos municipios. Esta reducción paulatina de oficinas afecta a 38.752 vecinos que habitan en 55 municipios de la provincia donde bien no hay banco al que acudir, 5.974, o solo tienen una entidad, 32.778, lo que limita las posibilidades de elegir mejores condiciones a la hora de contratar un producto bancario. El dato es tres veces mayor del que había en 2010, cuando eran 13.112 vecinos los que habitaban en 26 localidades con estas condiciones, 3.006 sin banco y 10.106 con solo uno. Entre los municipios con una oficina se encuentran Poblete y Villarta de San Juan, ambos con más de 2.000 habitantes, así como Aldea del Rey o Alcolea, con más de 1.500.

Detrás de estos datos del Banco de España se encuentra la desaparición de 135 sucursales en la provincia, una situación no que ha supuesto un gran incremento de municipios que se queden sin banco, sino que haya dejado de haber competencia. En concreto en 2010 había 93 municipios con sucursales, ahora son seis menos, 87. Por comparar en Cuenca o Guadalajara hay 15 localidades han dejado de tener banco en esa década. 

«Son municipios donde había varias entidades y alguna ha cerrado», expuso el secretario regional de Servicios en CCOO, Miguel Ángel Cubillo, quien recordó que oficinas y cajas de ahorros han reducido el volumen de oficinas que tenían en España. Cubillo señaló un aspecto clave en la estructura bancaria de la provincia si se compara con el resto de la región:aquí hay municipios «compensados» de tamaño, lo que permite esa amplia expansión. «Cuando analizamos los datos, hemos visto que hay muchas oficinas que han desaparecido en Castilla-La Mancha, pero gracias a la implicación de las antiguas cajas de ahorro, muy ligadas al territorio, y a las cooperativas de crédito, se mantiene aún un volumen de oficinas importante», explicó Cubillo.

Mientras esos espacios se mantienen, desde el sindicato recordaron que son los clientes los que en ocasiones demandan otro tipo de comunicación financiera. Cambios, en definitiva, de modelo que no tienen porqué afectar a la presencialidad. Como muestra, apuntó que durante el confinamiento, los trabajadores de banca se consideraron esenciales. «Parte del trabajo se ha tenido que realizar de forma presencial», lo que muestra el «valor» de esas oficinas en los municipios, grandes o pequeños. 

Cubillo recordó la importancia de que se mantenga el sistema de oficinas para evitar la exclusión financiera de los vecinos de la provincia. Se trata de una exclusión que se entiende como la «existencia de colectivos que por estar en una zona rural, nivel de ingresos, acceso a nuevas tecnologías o idioma se vean relegadas al acceder a los servicios financieros». Así indicó que si hay una pérdida de oficinas importante puede ser «peligroso». Desde CCOO recordaron que ha habido una serie de cierres y fusiones, ante lo que el sindicato pidió que se evite la pérdida de competencia en los municipios, debido a estas situaciones de crisis, algo que ya se traslada a los reguladores, para que lo pongan como condición ante cualquier fusión.