No son los mismos molinos que Cervantes puso en el camino de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza por estas tierras, pero esos gigantes se han transformado en el siglo XXI en motores de generación de energía y también de ingresos en una provincia que es capaz de generar ya 369 gigavatios hora gracias a la fuerza del viento.

Ese potencial supone que Ciudad Real es capaz de ‘alimentar’ con electricidad a unas 120.000 familias al año sólo con los molinos que hay instalados por parte de la geografía provincial. No en vano Ciudad Real es una zona propicia para el desarrollo de este tipo de energía limpia y comparte frontera con Albacete, el primer productor nacional que ayuda a que Castilla-La Mancha sea una de las tres regiones de España que supera el 50 por ciento de la cobertura de la demanda gracias al viento en 2018, según datos de Red Eléctrica de España y que recoge la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Las otras dos comunidades son La Rioja y Castilla y León donde el viento es el ‘culpable’ de generar más de la mitad de la energía que se consume. La propia patronal eólica destaca que las mayores productoras de ellas de la llamada ‘España vaciada’, la actividad de generación eléctrica en los parques eólicos instalados en su territorio supone una importante aportación a su economía.

quintuplicado. Este modelo de energía renovable, que se sirve de las rachas de viento para mover unas grandes palas, que generan electricidad al mover una turbina, se ha ido haciendo cada vez más y más presente. En quince años, por ejemplo, Ciudad Real ha quintuplicado prácticamente su producción de energía eólica gracias a la treintena de parques instalados en la provincia, en puntos como en la zona de Malagón, Piedrabuena, Granátula de Calatrava, Valdepeñas, Aldea del Rey, Alhambra, Moral de Calatrava, Puebla de Don Rodrigo y Argamasilla de Calatrava.