La Venta de Borondo, uno de los vestigios de la estructura de caminos de los siglos XVI y XVII sobre los que Miguel de Cervantes desarrolló la trama de El Quijote, ha salvado el estado crítico en que se encontraba su torre hace tres años, su elemento más característico, pero aún sigue necesitando de una restauración general y de la respuesta de las administraciones.

La venta fue la protagonista de la conferencia que ayer impartieron en el Aula Magna de la Facultad de Letra el presidente de la Asociación Cultural Venta de Borondo, David Cejudo; y el arqueólogo Miguel Torres, a quienes introdujo el profesor de historia y arqueólogo de la UCLM, David Rodríguez.

En una conversación con los medios de comunicación minutos antes de iniciar su intervención, David Cejudo recordó que los propietarios actuales de este conjunto, que se encuentra en el término municipal de Daimiel, «son siete personas que ya han dicho públicamente que están dispuestos a ceder la propiedad para que se restaure».

Hasta ahora, la recuperación del torreón que amenazaba ruina fue posible gracias a la intervención de la Asociación Cultural, que logró recaudar 33.000 euros entre donaciones de particulares y aportaciones de la administración.

Por su parte, Miguel Torres detalló que el edificio se encuentra en mal estado y requiere una intervención sobre todo en las cubiertas de la fachada exterior del edificio de la propia venta, mientras que otras construcciones que la rodean están ya semiderruidas.

Al mismo tiempo, advierte que en el entorno de la Venta de Borondo han aparecido restos arqueológicos de distintas épocas que se remontan a la cultura ibérica.

En este sentido, recuerda que aunque la venta se encuentra en el término municipal de Daimiel, se encuentra en un cruce de caminos que unen esta localidad con las vecinas Bolaños de Calatrava, Almagro y Manzanares.