Después de unas semanas frenéticas, tanto en lo deportivo como en lo emocional, las integrantes del BMBolaños empezaron a recobrar ayer una cierta normalidad, incorporándose cada una a sus quehaceres en los trabajos, los estudios, la familia... Atrás queda una experiencia inolvidable, con un dulce sabor que no pudo amargar el hecho de que no se lograra el ascenso a la máxima categoría del balonmano femenino español. Pese a ganar sólo uno de los tres partidos de la fase (el último contra Logroño), las berenguelas regresaban a casa con la cabeza muy alta y una remarcada sensación de orgullo por haber hecho lo que estaba en sus manos. 

Una sensación colectiva a la que pone palabras su presidenta, Ana Almansa, una mujer orgullosa de todo lo hecho esta temporada y de lo acontecido este fin de semana en el pabellón del Barrio de La Salud. «Al equipo lo respetaban todos, nos han felicitado y dado la enhorabuena todos, y cuando nos han dado las medallas toda la grada de las otras dos aficiones nos han dado un gran aplauso», recordaba.

La máxima mandataria del club bolañego insiste en que «hemos hecho un gran papel. Tenerife, que era superior a todos, a Bolaños fue al equipo que menos goles le metió. Han peleado como guerreras. Nos vamos con nuestras medallas y el trofeo; somos las terceras de España».

Después del gran desgaste físico que ha supuesto jugar tres partidos en poco más de dos días, además del viaje de ida y vuelta a Tenerife, la plantilla del BM Bolaños ya está de vacaciones, aunque en unos días el club empezará a planificar la próxima temporada. En el horizonte está diseñar un proyecto incluso más ambicioso que el de este curso.