Recta final de la vendimia con un 30% menos de cosecha

M. Lillo
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La producción se podría situar en torno a los 10 millones de hectolitros en una campaña con los precios de la uva al alza. «Están muy bien», afirma el consejero

Recogida de la uva en una explotación de la provincia. - Foto: Tomás Fernández de Moya

«Cuando la campaña es corta, es más corta de lo previsto y cuando es grande, es más grande de lo previsto». Con este refrán tan introducido en el sector agrario se resume una vendimia que en este caso se corresponde con la primera situación, una campaña «corta», «muy corta», que además vino adelantada por el calor y que encara ya sus últimos días. La previsión es que finalice «esta semana y que para la semana que viene quede lo mínimo», según informan a este diario organizaciones agrarias y Cooperativas Agroalimentarias.

La vendimia se cerrará en la provincia con «casi un 30% menos» de producción sobre el año pasado, por lo que la cosecha se podría situar alrededor de los 10 millones de hectolitros, lo que supone entre el 40 y 50% de lo previsto en el conjunto de la región, según informó a este diario el gerente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Ciudad Real, Agustín Miranda, quien atribuyó dicho descenso de la cosecha «principalmente a la falta de agua, a la climatología». Y esa escasez de precipitaciones, teniendo en cuenta que la mitad de la superficie de viñedo de la provincia es de secano, afecta de forma considerable a la producción, dijo.

«Ha sido una campaña muy corta, más de lo que esperábamos», ratificó el representante de Vino de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Alejandro García-Gascón, quien considera que el descenso de la cosecha en la región, con en torno a 19-20 millones de hectolitros, y en España, «con 39 o 40 millones de hectolitros, como mucho», debe venir acompañado ahora de «una rentabilidad compartida tanto entre las bodegas como entre los viticultores», pues de lo contrario «hay riesgo de que la superficie de viñedo cada vez vaya a menos por la falta de rentabilidad de los agricultores».

Además de la mencionada caída de la producción en la región y en España, el representante de UPA considera que en el precio también se tiene que reflejar la merma de la cosecha de otros países productores, como Francia e Italia, afectados por las heladas, o la reactivación en el consumo de vino tras el levantamiento de las restricciones en la hostelería.

Sobre el precio de la uva en esta vendimia se pronunció también el gerente de Asaja Ciudad Real: «No son tan malos como al principio de la campaña, que eran ridículos, se han mejorado, pero hay que seguir echando las cuentas» y de ahí que los viticultores tengan que multiplicar los kilos por el precio que se abona para determinar si cubren o no los precios de producción, dijo. En este sentido hay que recordar que, por ejemplo, en esta vendimia García Carrión paga un precio histórico por la uva tempranillo de la Denominación de Origen Valdepeñas vinculado a la calidad y a la producción.

Buscar el equilibrio

En el conjunto de la región, Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha prevé que la vendimia se cerrará con «entre un 25 y un 30% de descenso en relación con el año pasado», en torno a unos 21 millones de hectolitros, una estimación muy próxima a la realizada ayer por el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, quien apuntó a unos 22 millones de hectolitros y unos precios que están «muy bien».

«Ha sido una vendimia muy rara, empezamos con una ola de calor y luego con fuertes lluvias que afectó a algunas variedades», dijo Juan Fuentes, de la Sectorial de Vino de Cooperativas Agroalimentarias y quien indicó que la comercialización está «un poco más fluida y los precios se han recuperado un poco» y el objetivo es «llegar a un equilibrio entre la producción y el consumo».