Protagonistas de un presente marcado por un pasado glorioso

Eduardo Gómez
-

Los jóvenes María del Mar Sobrino, Pepe Mora y Javier Moreno crecieron con los éxitos del Balonmano Ciudad Real, un equipo de leyenda que les inculcó la pasión por este deporte tan arraigado en la provincia

De izquierda a derecha, María del Mar Sobrino, Javier Moreno y Pepe Mora, en el Quijote Arena. - Foto: Rueda Villaverde

Ha pasado casi una década desde el traslado del Balonmano Ciudad Real a Madrid antes de su desaparición definitiva, pero los éxitos de aquel equipo todavía siguen muy presentes en la memoria de los grandes aficionados a este deporte. Tres Ligas de Campeones, cinco Ligas Asobal, dos Recopas, seis Copas Asobal, tres Copas del Rey o dos Mundiales de Clubes son los títulos más importantes de un equipo que hizo historia y que fue el origen de una nueva generación de jóvenes deportistas que apostaron por la práctica del balonmano seducidos por el juego de los Talant Dujshebaev, ‘Jota’ Hombrados, Alberto Entrerríos, Arpad Sterbik, Olafur Stefansson, Rolando Urios, Mirza Dzomba y compañía. Cuando en casi todos los rincones de España los niños querían ser futbolistas, en Ciudad Real soñaban con el balonmano, un deporte que fue el gran embajador de la ciudad y de la provincia    

María del Mar Sobrino, Pepe Mora y Javier Moreno son tres ejemplos de ello, auténticos apasionados del balonmano que celebraron en su infancia aquellos títulos y que ahora tienen la oportunidad de jugar en el mismo escenario, el Quijote Arena, testigo de tardes gloriosas y que permanece a la espera de tiempos mejores.

María del Mar Sobrino ‘Mara’ tiene 17 años y lleva una década jugando al balonmano. Se desenvuelve como central, igual que su gran ídolo, Talant Dujshebaev, y tiene muy claro que aquel BM Ciudad Real «fue el mejor equipos de la historia. Era muy divertido verles jugar, daban un gran espectáculo. Ahora no ves ese nivel de juego». Estudiante de Segundo de Bachillerato, el año que viene desea empezar Ingeniería Informática y siempre que puede revisa vídeos y ve encuentros. «Analizo los partidos para aprender. Si no entiendes este deporte no puedes mejorar», explica esta jugadora del Pío XII, que esta campaña hará un paréntesis por la pandemia y que guarda como oro en paño vídeos, fotos y recortes del periódico de aquellos años.

La plantilla del BM Ciudad Real festeja su tercera Liga de Campeones, conquistada en la campaña 2008-09.La plantilla del BM Ciudad Real festeja su tercera Liga de Campeones, conquistada en la campaña 2008-09. - Foto: Carlos SendarrubiasSus inicios en el balonmano se remontan a cuando tenía siete años en el colegio Marianistas y para entonces ya era una asidua al Quijote Arena. «Mi padre me llevó cuando no había cumplido ni un año», recuerda. «Normalmente iba con mi padre, y a veces con mi madre y también con mi hermana. Había un ambiente muy bueno, aunque por aquel entonces no entendía el juego tácticamente».

Pepe Mora tiene 20 años, es estudiante de Enfermería e integrante de la primera plantilla del Vestas Alarcos. Comenzó en la cantera de Pío XII, pero a los 7 años pasó a las categorías inferiores del BM Ciudad Real. «El primer equipo entrenaba después de nosotros y era increíble», recuerda. «Les veíamos en el día a día y todos queríamos ser como ellos. Aquí tuvimos la fortuna de crecer con el mejor equipo de balonmano de la historia y, por ejemplo, yo nunca me planteé jugar a otro deporte. Era siempre balonmano y balonmano».

Otra de las grandes promesas del balonmano provincial es Javier Moreno. Tiene 16 años, es juvenil de primer año y cada día se desplaza desde Malagón a Ciudad Real para entrenar con Marianistas. «Yo venía al Quijote Arena con mi padre y mi tío, que eran abonados. Tengo ese recuerdo de un pabellón lleno y de que todos queríamos ser jugadores de balonmano. Era un equipo de estrellas y será muy difícil que se pueda volver a ver». En su casa guarda también camisetas, bufandas y vídeos y admite que su gran referencia, como lateral izquierdo que es, es Alberto Entrerríos, «mi jugador favorito».

Para todos ellos, el partido más especial es el encuentro de vuelta de la final de la Liga de Campeones 2008-09, en el que el BM Ciudad Real protagonizó una espectacular remontada frente al Kiel en un Quijote Arena a reventar.

«Nos quedamos sin entrada y lo he visto repetido muchas veces por televisión. Fue impresionante, lo que más me llamó la atención era la confianza plena que tenían todos en aquella remontada», relata Mara. «Vivo cerca del pabellón y recuerdo que llegué con un balón. Allí no cabía ni un alma más, vi el partido desde arriba y sólo con recordarlo se me ponen los pelos de punta. No era sólo el equipo, era toda una ciudad unida», añade Mora. También testigo de aquella proeza fue Moreno: «Aquello fue increíble, lo más grande».

Sobre el traslado del equipo a Madrid, los tres lo recuerdan con tristeza, «porque aquel equipo era muy importante para la ciudad», explican. «Fue como quitar a un niño su juguete preferido», apostilla Pepe Mora. Aquel conjunto de estrellas dio paso a otros proyectos que mantienen vivo, aunque en niveles inferiores,  el balonmano en Ciudad Real, aquel lugar de La Mancha donde aquellos niños siguen jugando y recordando con orgullo a un conjunto de leyenda.