Fenavin, el revulsivo del sector del vino

Manuela Lillo
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Tres de los asistentes a todas las ediciones de la feria, en concreto, un sumiller, un enólogo y un bodeguero, analizan la trayectoria de este evento que supuso un gran estímulo para el sector más importante de la provincia

Ramón Sánchez-Camacho (izquierda), junto a Ramón Muñoz de Cuerva (centro) y Juan Nieto, en el pabellón ferial. - Foto: Rueda Villaverde

Como sorbos que colman el alma, Fenavin ha conquistado con su esencia embriagadora. De las raíces más profundas de nuestra tierra, santo y seña que define a la provincia, nació la mayor feria dedicada al vino de España. Discreta en cuanto a ubicación, inmensa en cuanto a potencial vitivinícola, el evento echó a andar el 10 de mayo de 2001 y consiguió arracimar a todo el sector vitivinícola.

Todos a una, con el impulso decidido e incansable de la Diputación de Ciudad Real, entonces presidida por Nemesio de Lara, y la batuta en la dirección de Manuel Juliá, la Feria Nacional del Vino (Fenavin) se convirtió de inmediato en un hito para la provincia, un logro que además ha mejorado edición tras edición. Pasó de los 180 compradores y entre 400 y 500 empresas participantes en su primera edición a más de 18.000 compradores y unas 2.000 bodegas en la última edición, la de 2019. En ella se impulsaron más de 495.000 contactos comerciales con una estimación de movimiento económico que rondó los 50 millones de euros.

Quienes han apostado y siguen apostando por Fenavin conocen bien su potencial. Es el caso de Ramón Sánchez-Camacho, sumiller; Juan Nieto, enólogo; y Ramón Muñoz de Cuerva, bodeguero, que han asistido al evento desde su nacimiento y no han faltado a ninguna de sus ediciones. Desde el prisma de estos tres subsectores del mundo del vino coinciden en subrayar la importancia que ha tenido Fenavin para la provincia y, en especial, para la vitivinicultura.

La inaguración de Fenavin contó con la presencia del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, (segundo izquierda) y José Bono, (segundo por la derecha).La inaguración de Fenavin contó con la presencia del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, (segundo izquierda) y José Bono, (segundo por la derecha). - Foto: Rueda Villaverde«Había que apostar por esta feria y en todas las ediciones hemos asistido con ganas e ilusión. En este tiempo Fenavin ha experimentado una gran evolución y se ha consolidado como la mayor feria de vinos de España y a la altura de otras del mundo como la de Burdeos o Milán», afirma Ramón Muñoz de Cuerva, de Bodegas Naranjo.

Bodeguero por tradición familiar, subraya que la feria aglutina a los compradores más importantes del mundo y eso, a su juicio, «facilita la labor» de la comercialización de los vinos, un trabajo en el que existe una gran competencia, pero en la que Fenavin consigue ser «un escaparate» para la bodega participante y «un punto de encuentro» para poner cara a quienes confían en sus productos.

«La feria se ha profesionalizado mucho», destaca Juan Nieto, enólogo de la Cooperativa El Progreso, de Villarrubia de los Ojos, quien subraya además que «Fenavin ha contribuido a aumentar la calidad de los vinos», ya que permite conocer en un mismo espacio la gran variedad que existe y buscar su mejor ubicación en los mercados. En este sentido, alabó las posibilidades que ofrece la Galería del Vino. «Te permite catar muchos vinos, hacerte una idea de lo que hacen otras bodegas y evaluarte a ti mismo», añade este enólogo en lo que para él es un paraíso del vino.

También ensalza este espacio Ramón Sánchez-Camacho, presidente de la Asociación de Sumilleres de Castilla-La Mancha, que indicó que la feria permite, además, «ahorrar muchos viajes» para conocer y degustar otros vinos y llevar así a la mesa de los clientes las últimas novedades. «Esto es un aprendizaje continuo», asegura el propietario del restaurante Epílogo, que abrió sus puertas hace tres años en Tomelloso. Para este sumiller, un momento histórico en Fenavin fue la celebración de la asamblea de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres de España en el año 2013.

La continua reinvención de Fenavin llevó al actual presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, a plantear una reforma y ampliación espectacular del pabellón ferial con el objetivo de modernizar su aspecto y ganar en metros cuadrados, diciendo adiós definitivamente a la instalación de carpas que han sido necesarias en todas sus ediciones para alcanzar los 33.400 metros cuadrados de la edición de 2019. Esta actuación se ve con buenos ojos por parte de quienes han participado de todas sus ediciones: «Era necesario, no sólo por las carpas, sino también para dar otros servicios como el de comida», ya que la capital se llegaba a «saturar» durante la feria, con hoteles y restaurantes al completo en la capital y también en la comarca.