La UCLM, motor, presente y futuro de la Ciudad Real de hoy

M. E.
-

El catedrático Félix Pillet, la alumna Elena Cañizares y el exalumno Francisco José Torres analizan para 'La Tribuna' la trascendencia que la institución tiene y tuvo en sus vidas y en la de la capital y la provincia

Francisco José Torres, Elena Cañizares y Félix Pillet (de izquierda a derecha). - Foto: Tomás Fernández de Moya

Durante sus 30 años de historia, este periódico ha sido testigo de una innegable transformación de Ciudad Real, tanto en el ámbito social como económico y cultural, y en una parte muy importante lo ha hecho de la mano de su campus universitario, una de las joyas de la capital y de la provincia y motor de la formación personal y profesional de miles de ciudadrealeños desde su puesta en marcha en 1985. La evolución de la sociedad de Ciudad Real no se entiende sin el nacimiento de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), una de sus más preciadas señas de identidad.

En sus 35 años de existencia, la UCLM ha facilitado el acceso de miles de jóvenes a las enseñanzas superiores, dinamizando la vida de la capital, que además de un buen número de facultades y escuelas posee el privilegio de ser la sede de su Rectorado, amén de disponer de una singular Escuela de Ingeniería Minera e Industrial en su apéndice de Almadén.

Más de tres décadas en las que los cientos de docentes que han impartido sus conocimientos y enseñanzas en sus aulas han ido dejando su impronta en unos alumnos que en la actualidad utilizan todo ese aprendizaje para ser mejores personas, tanto en su ámbito profesional como privado. La Tribuna, en su 30 aniversario, rinde homenaje a esta institución y a todo lo que ha significado, significa y significará para la vida de la provincia reuniendo a tres personas que simbolizan el origen, el presente y el futuro de la universidad y su influencia en la sociedad: un docente, un antiguo alumno y un estudiante actual.

Luis Arroyo, rector de la UCLM, en el acto de la primera piedra del Aulario Polivalente del Campus de Ciudad Real.Luis Arroyo, rector de la UCLM, en el acto de la primera piedra del Aulario Polivalente del Campus de Ciudad Real. - Foto: Paul WhiteORIGEN. Una de las personas que mejor representan el ‘origen’ de esta transmisión de conocimientos y valores es Félix Pillet Capdepón. Nacido en Alicante hace 72 años, fue el último director del Colegio Universitario de Letras y el primer decano de la recién creada en 1983 Facultad de Letras de la UCLM. Es catedrático de Geografía Humana y, aunque jubilado, permanece en activo y muy relacionado con la vida académica. Vivió en primera persona el proceso de fundación, evolución y transformación de la Universidad, fase a fase, desde el diseño del escudo y el logotipo hasta la creación y distribución de sus facultades. Un proceso que arrastró la vida de Ciudad Real, junto con la llegada del AVE. Pillet no tiene ninguna duda de que la UCLM ha sido y es «el motor» de la modernización y el crecimiento de la capital, una ciudad que «languidecía» en esos primeros años de la década de los 80. Vio con sus ojos cómo Ciudad Real se convertía en otra con la creación del campus universitario, que además no fue un campus más, ya que fue elegido para ser la sede del Rectorado, el centro organizador de toda la UCLM.

Como testigo personal y especialista en su condición de catedrático de Geografía Humana y estudioso de este aspecto de la sociedad ciudadrealeña, el profesor Pillet tiene muy claro que la universidad ha sido la gran animadora de la evolución demográfica de Ciudad Real. Con datos en la mano, destaca que la capital posee una población vinculada (no empadronada) de unas 18.000 personas, muchas de ellas relacionadas con la UCLM, entre alumnos, docentes, personal de administración, etc. Esto supone un 20% de los 74.800 empadronados que tiene actualmente la capital, en una era en la que el crecimiento poblacional ha sido muy poco significativo.

Pero la influencia de la UCLM en Ciudad Real no debe ser sólo cuestión de cifras. Sitúa en el debe de esta estrecha vinculación entre la institución académica y la ciudad que no exista un nexo más pronunciado más allá de la transmisión del conocimiento. Como él explica, ahí radica la diferencia entre una ciudad con campus universitario y una ‘ciudad universitaria’, que es el modelo al que se debe tender, como así lo recogían ya el actual rector, Miguel Ángel Collado, y la alcaldesa, Pilar Zamora, en sus alocuciones en el acto de apertura oficial del curso académico. «Hay que retener a los alumnos en el campus después de las clases, que las residencias universitarias sean como los antiguos colegios mayores, que haya contenidos que les interesen, actividades académicas y culturales, en el campus y por la ciudad. Es necesario que el eco universitario trascienda por la ciudad, para que los alumnos no se quieran ir de Ciudad Real cuando no hay clases. Hay que integrar el campus en la ciudad y darle vida, para que exista una simbiosis entre ambos», defiende Félix Pillet, que rechaza la idea de que el campus universitario sólo signifique un grupo de edificios en Ciudad Real, sino que debe estar conectado a ella socialmente y también urbanamente, «saltando la ronda».

Por ello, desde su atril de la experiencia aboga por seguir trabajando para que este ‘motor’ de Ciudad Real y provincia no se pare -«no nos podemos relajar para que siga habiendo dinamismo»-, porque merecen mucho la pena los efectos de la formación universitaria en la sociedad, a la que da «un plus de calidad», tanto en el ámbito laboral como social.

PRESENTE. Una de las personas que encarna ese valor añadido que está generando la UCLM en la sociedad actual al que se refiere Pillet es Francisco José Torres, un ciudadrealeño de 45 años que es jefe de producción de Pernod Ricard, líder mundial en bebidas alcohólicas y con una de sus dos plantas españolas ubicada en la provincia, en Arenas de San Juan. Se graduó en el año 2000 en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, en la Facultad de Ciencias Químicas del Campus de Ciudad Real. Tras una estancia en el extranjero perfeccionando su inglés y unas prácticas en Félix Solís, acumula 20 años en su actual empresa, pasando casi por todos sus departamentos.

De su época universitaria guarda un recuerdo imborrable, la «añora», y en él dejó un «poso de madurez» desde el que orientó su futuro profesional. No olvida el buen ambiente de su facultad, el compañerismo y la calidad de profesores como Amparo Salvador. «Fueron unos años bestiales. De la noche a la mañana te das cuenta de que eres responsable de ti mismo. Además, la calidad de los estudios era muy alta. Me siento un privilegiado porque en Ciudad Real tuvimos lo mejor de lo mejor. Gracias al AVE, venían a darnos clase profesores de Córdoba o Madrid, como Juan Ignacio Cirac, premio Príncipe de Asturias. Si los profesores ‘normales’ eran muy buenos, los de especialidades también lo eran», subraya.

FUTURO. Elena Cañizares es uno de los miles de alumnos que personalizan el presente de la UCLM y el futuro de la sociedad. Almagreña de 20 años, en la actualidad estudia tercer curso de Enfermería y en breve estará trabajando por la salud de los demás. Describe su experiencia universitaria como un «cambio radical» en su vida, por los conocimientos que está aprendiendo y las personas que está conociendo, de la provincia y de otros puntos de España. Reside en Ciudad Real compartiendo piso con otros estudiantes, y reconoce que se está transformando como persona, logrando una autonomía e independencia que antes no poseía. «Ser universitaria es pasar de que te lo hagan todo tus padres a tener que enfrentarte a muchos retos, como llegar a un sitio nuevo, conocer a gente que no es de tu familia o círculo de amigos, convivir con ellos... Es madurar muy rápido», relata esta futura enfermera, que también valora que los profesores no les lleven de la mano como en el instituto, sino que les marquen el camino «para que sea el alumno el que elija y cree el proceso y el método de estudio». Además, convivir con otras personas en el piso de estudiantes también le está resultado un valioso aprendizaje, desarrollando «paciencia, talante y habilidades sociales y de comunicación para aprender a relacionarte con los demás».

Elena está viviendo su época universitaria con intensidad porque es consciente de que está pasando demasiado deprisa. En el futuro se ve trabajando en Ciudad Real, pero antes le gustaría ejercer en algún país europeo, donde la enfermería tenga un concepto diferente al de España. La semilla de la UCLM ya está germinando en su interior.