"No se podía permitir un edificio funerario para un asesino"

C. de la Cruz
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Las obras de Benjamín Prado, reconocidas con distintos premios, han sido traducidas en 21 países, reflejo de la repercusión internacional de un autor polifacético que esta tarde toma parte en el Encuentro de Poesía Española en Almagro

"No se podía permitir un edificio funerario para un asesino" - Foto: Carlos Villar Ortiga

Benjamín Prado (Madrid, 1961) participa esta tarde a partir de las 20.30 horas en el XXXIV Encuentro de Poesía Española que se celebra en el Teatro Municipal de Almagro. El novelista, ensayista y poeta recitará algunas de sus composiciones, versos que invitan a la reflexión.

¿Qué se encontrarán los asistentes esta tarde a su intervención en Almagro?

Haremos una lectura de poemas, que sabré cuáles serán cuando tenga el micrófono en la mano. No me gusta mucho prepararlos porque pienso que a los poemas les viene muy bien ser elegidos sobre la marcha, según la temperatura que uno note en el sitio en el que está. Y también habrá algún comentario; a la poesía le viene bien comentar de dónde viene y qué es lo que se pretendía contar a los lectores.

¿Invita a una mayor cercanía la poesía frente otros géneros?

No hay distancia más corta que la que existe entre un poema y quien lo escucha o lo lee. La poesía siempre aspira a decir cosas esenciales, a cambiar de alguna manera la percepción que uno tiene de las cosas después de que en los poemas se asocien palabras que no se suponía que se iban a asociar o que se encuentren metáforas que no se le habían ocurrido a nadie. Lo compruebo siempre, el silencio que se forma en el público, un silencio lleno de respeto, lleno de atención, lleno de expectativas, no pasa con ninguna otra cosa, ni siquiera con las canciones que parecen conectar de una forma más directa con la sensibilidad de la gente. Eso por parte de los espectadores, y por parte del autor uno habla de cosas a veces tan íntimas, tan personales, que a lo mejor le estás contando a unos desconocidos cosas que no le contarías a un amigo de viva voz. Es la magia de la poesía, que es un desnudo integral de todo el mundo, del que lee y los que escuchan.

¿En qué momento se encuentra la creación poética en España?

Estamos en un momento maravilloso. Algunos aburridos que decían que las redes sociales iban a acabar con la literatura y las redes sociales, pues al final se ha demostrado que no ha sido así sino que de ese mundo digital ha salido una generación de autores y autoras muy interesante y que sobre todo han recogido la antorcha porque esto es una carrera de relevos. Se trata de que el género perviva y gente más joven, con otro lenguaje, con otros conocimientos y objetivos, siga manteniendo la poesía. Los auditorios de lectura de poesía se han triplicado, la edad media de los asistentes ha bajado muchísimo... la poesía está de moda.

En esta 34 edición del Encuentro de Poesía Española se rinde homenaje a Antonio Machado en el 80 aniversario de su exilio y fallecimiento, una conmemoración que coincide justamente este jueves con la exhumación de Franco.

Por suerte la tumba de Machado es un lugar de peregrinación de todos los demócratas y la del ‘funeralísimo’, como le llamaba Rafael Alberti, es la peregrinación de cuatro nostálgicos del terror. Yo creo que una democracia, y la nuestra es sólida y con profundas convicciones en la mayoría del pueblo español, no se podía permitir tener un edificio funerario como homenaje a un asesino. Es una muy buena noticia porque ha muerto el miedo en ese aspecto, y es que si hasta ahora no se había hecho supongo que sería por miedo. El argumento electoralista no me interesa ahora, porque no me importa el desenterrador sino el desenterrado. Es un símbolo importante. En la Guerra Civil hubo muchos muertos y de alguna manera García Lorca los simboliza a todos, al igual que Antonio Machado con los exiliados, pues también esto es un símbolo muy importante.

Mañana y este sábado participa en un encuentro poético en L´Hospitalet de Llobregat. Aprovechando esta visita le pregunto por la situación catalana.

Es un problema muy antiguo que se ha intentado solucionar de la peor manera posible que es no hablando. Hemos tenido dos extremos: de uno se ha dicho que es una fábrica de independentistas y de otro que es una fábrica de ultraderechistas. Ni España ni Cataluña se merecen esta gente ni esta manera de afrontar algo que evidentemente existe, un problema que habrá que intentar solucionar hablando y respetando hasta donde se pueda respetar, y es que si uno llega con las líneas rojas marcadas de los Torra, Puigdemones y demás entonces es muy difícil, pero España es un Estado de derecho que no te puedes saltar a la torera, no te puedes saltar las leyes. Tiene que haber un antes y un después de la sentencia y tienen que sentarse a hablar y a recordar eso que alababan tanto que era el espíritu de la Transición, que se definió como una suma de gente que sabía perder. Habrá que renunciar a parte de lo que se quiere para conseguir más de lo que tiene.

¿La literatura y la poesía pueden servir precisamente para cerrar heridas?

Un buen libro siempre es un libro de autoayuda. A veces lo que la literatura puede ayudar en la marcha de un país es a reflexionar, a pensar sobre todo en unos tiempos en los que se dice que ahora ya no gana el más fuerte sino el más rápido, algo que me parece dramático. Para todo lo que merece la pena en la vida hace falta pausa, hace falta tiempo para pensar quiénes somos y qué podemos aportar a este país maravilloso en el que tenemos la suerte de vivir. Para ello la poesía es un lugar de reflexión muy interesante.