Del júbilo al silencio de una Pascua diferente

Cándido de la Cruz
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La familia Barrera Pinto, con sus cuatro miembros en la Hermandad de las Palmas, mantienen viva la llama de la Semana Santa

Del júbilo al silencio de una Pascua diferente - Foto: Tomás Fernández de Moya

El silencio sustituye al júbilo. El coronavirus se ha colado en cada casa y alcanzado cada rincón, pero no ha podido con una Semana Santa que se vivirá de una forma muy diferente. Para la familia Barrera Pinto cada Domingo de Ramos se marca en rojo en el calendario, una fecha relevante que se vive como un fervor especial. Gonzalo ingresó en la Hermandad de Las Palmas con ocho años, María del Carmen forma parte de la misma desde hace dos lustros y sus hijos, Antonio y Álvaro, también están dentro de una cofradía que hoy hubiera partido del colegio salesiano Hermano Gárate para procesionar la ‘Borriquilla’ por las calles de la capital.

Pero al sonido de los pasos se superpone ahora el de «las palmas de nuestras manos para aplaudir a todos los que luchan». María del Carmen explica que a pesar de no poder procesionar, la Junta de Gobierno de la Hermandad ha preparado una oración, también se ha elaborado entre los cofrades un vídeo y en cada casa se están haciendo palmas de papel. «La Semana Santa sigue, es el momento de reflexionar y darnos cuenta de que lo importante son otras cosas», señala María del Carmen, que destaca «el sentimiento especial» que representa la fiesta central del cristianismo.

Así, la fe continúa con la misma fuerza en la celebración de la Pascua. Una Semana Santa diferente a causa del coronavirus, pero con la misma intensidad siempre.