Una afición espectacular

Eduardo Gómez
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La hinchada del Viña Albali Valdepeñas demostró antes, durante y después del encuentro que merece seguir en Primera División

Una afición espectacular

Esta fecha quedará grabada para siempre en la memoria de todos los aficionados del Viña Albali Valdepeñas como el día en el que el equipo firmó la permanencia en Primera División. Una salvación que tuvo aroma de ascenso, como el conquistado hace ahora algo más de un año frente al Antequera.

Desde dos horas antes ya se vivía un gran ambiente en los alrededores del pabellón, recibimiento incluido al autobús del equipo, algo que va poco a poco convirtiéndose en un ritual.

No cabía un alfiler en el interior del pabellón. ‘El Infierno de La Mancha’ rugió para llevar en volandas al equipo hacia la salvación, demostrando que la afición de Valdepeñas merece estar en Primera y que el fútbol sala necesita también de estas hinchadas para continuar creciendo.

Una afición espectacularUna afición espectacularAtrás queda ya ese 6 de agosto en el que el equipo comenzaba la pretemporada para preparar su debut en la máxima categoría. Las obras de remodelación del pabellón Virgen de la Cabeza obligaron los primeros meses a una mudanza al Quijote Arena.

En los momentos complicados es cuando se evidencia la calidad de una afición y ni los incómodos desplazamientos ni los primeros resultados mermaron la moral de la hinchada valdepeñera.

Una afición espectacular
Una afición espectacular
Hubo que esperar hasta el 10 de noviembre para festejar el primer triunfo en Liga. Fue ante el Antequera en el adiós al Quijote Arena (5-3). El regreso al Virgen de la Cabeza fue el 27 de noviembre ante Movistar Inter. Un capítulo que se abrió entonces y que ayer concluyó con el sueño de la permanencia en un partido en el que la afición mostró su clase: despidió a Segovia con gritos de ánimo por su descenso y también homenajeaba a Zamo por su adiós al Viña Albali. Una tarde para el recuerdo y sobre todo marcada por el cariño, con la plantilla al completo recorriendo el pabellón para agradecer el apoyo en el partido y durante toda la temporada. Una comunión perfecta que continuará en Primera.