Una farmacia por horas

HIlario L. Muñoz
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Margarita Martínez es la farmacéutica de Caracuel todos los días y la de Cañada, los martes y jueves a última hora de la mañana

Una farmacia por horas - Foto: Tomás Fernández de Moya

Un cartel en la plaza de las Escuelas señala el punto donde se encuentra el botiquín de Cañada de Calatrava. En su ventana se encuentra un cartel en el que se recuerda el teléfono de Margarita Martínez y el horario de appertura del espacio, solo los martes y jueves de 14.15 a 15 horas. Martínez es todos los días la farmacéutica de Caracuel de Calatrava y también la de Cañada, aunque de forma física solo esté en este municipio un par de horas a la semana. El primer municipio solo cuenta con 139 habitantes censados, el segundo tiene 92. Una cartera de 231 pacientes entre los cinco kilómetros que separan ambas localidades.  

La farmacéutica expone una vida en la que se trabaja «mucho» y se sobrevive a base de «sacrificio» en favor de esa provincia de las pequeñas poblaciones en que el médico pasa consulta unas horas dos días a la semana. La farmacia de Caracuel tiene la doble condición de ser de baja facturación pero también un botiquín, aspectos que ya conocía cuando decidió quedarse con este espacio sanitario. «El botiquín te ayuda porque son más pacientes», argumenta la farmacéutica entre recuerdos de que lleva «nueve años» con su Farmacia, y «la situación actual no se puede comparar», ya que los municipios han ido perdiendo habitantes, con unos pacientes que tienen enfermedades crónicas y en medio de la bajada generalizada del coste de los medicamentos, con precios que van de 50 o 60 céntimos.  

Al cerrar la farmacia de Caracuel en esos días de botiquín coge los medicamentos que le han solicitado en Cañada de Calatrava y abre su despacho, a la espera de que acudan los pacientes. Hay que tener en cuenta que el botiquín es un despacho farmacéutico con todos sus elementos. Por ejemplo, en estos días en que las farmacias realizan charlas sobre la actividad celiaca, la presencia de la farmacéutica en el centro permite llevar esta campaña a Cañada a través de asociaciones. Del mismo modo se encuentran el resto de folletos e iniciativas de cuidados de la salud de los farmacéuticos.

pacientes de botiquín. «El botiquín es una cosa muy buena porque si no se tiene coche habría problemas», comenta Concepción Gómez, una cañuta al llegar al botiquín. «Los vecinos generalmente son mayores y no pueden ir a recoger las medicinas», explica, mientras recuerda que este espacio es su Farmacia. «Los medicamentos los trae aquí y si hay alguna urgencia se le llama», señala Miguel Gómez, ex alcalde del municipio. «Para este pueblo es muy importante la farmacia», apunta. Mientras, Prado Cortés señala que «cada día» de consulta el botiquín abre, lo que permite ir a su farmacia por horas cuando tienen la receta al día o les ha mandado algún medicamento.