Derbi descafeinado en el Metropolitano

Iñaki Dufour (EFE)
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Atlético y Real Madrid protagonizan un duelo igualado con pocas ocasiones de gol (0-0) y donde Oblak terminó siendo el protagonista

Derbi descafeinado en el Metropolitano - Foto: JuanJo Martín

El derbi por la cima de la Liga terminó en nada, en un empate sin goles y una noche de frustración ofensiva en el Wanda Metropolitano para el Atlético y el Real Madrid, a la espera de partidos más cercanos al nivel que desprenden sus plantillas, con menos respeto y más voracidad, cuando ya no haya ninguna excusa.

Realmente, solo una ocasión real pudo cambiar el destino de un partido con pinta de empate casi a lo largo de los 90 minutos; el cabezazo de manual que conectó Karim Benzema al que se estiró Jan Oblak para dejar todo como estaba, dentro de lo previsto en la pizarra. Quien no arriesga, no gana. No lo hizo ninguno de los dos.

El Atlético visionó el derbi desde la verticalidad y la salida rápida. Sin desplegar el vertiginoso despliegue que le ofrece un lateral como Renan Lodi, pero con la profundidad de Kieran Trippier, el regate de Víctor Machín, Vitolo, y la referencia que supone en ataque Diego Costa, también aún fuera de su mejor versión. El mejor fue Thomas en todo el primer acto. Luego decayó en el segundo.

Derbi descafeinado en el MetropolitanoDerbi descafeinado en el Metropolitano - Foto: Rodrigo JiménezSu intensa puesta en escena agobió unos minutos al Real Madrid, que entendió el ataque, en cambio, desde el poder paciente de la pelota. Por la precisión que tienen sus jugadores y por el talento de Benzema, la rapidez de Bale y la agilidad de Hazard. Aún se espera muchísimo más del belga, más aparente que desbordante arriba.

También de Joao Félix, intermitente como en todo este inicio del curso. Ni en el derbi fue tan concluyente como otras veces. Su primera ocasión a la espalda de la defensa, que muchas veces es gol, fue un tiro cruzado que ni siquiera le exigió moverse a Courtois. La segunda fue más cerca, en un buen intento desde fuera del área.

Un partido equilibrado, dentro de esa calma tensa que sostiene la atención en la que se mueve últimamente cada duelo entre ambos, con una lectura por momentos más cercana a la realidad del Real Madrid y otras veces del Atlético, que provocó un par de contragolpes con dos entregas fallidas impropias de este nivel. No lo aprovechó Bale. Toni Kroos fue mucho más concreto: dos tiros y dos paradas de Oblak.

Derbi descafeinado en el MetropolitanoDerbi descafeinado en el Metropolitano - Foto: Rodrigo JimÈnezAl intermedio, unas molestias en el muslo apartaron a Vitolo del resto del partido. El reemplazo fue Correa. Lo imprevisible en un choque demasiado previsible, que no se movió apenas de esa sensación tampoco en la reanudación. Ni por parte del Atlético ni por parte del Real Madrid. Ganar la Liga, el destino final, exige mucho más.

Por ejemplo, que las ocasiones no sean solo una excepción, aunque la dificultad que conlleva desequilibrar defensas tan capacitadas sea indudable, o que Bale y la agitación de Correa, protagonistas de las escasas opciones en el primer cuarto de hora de la segunda parte, no terminen tan lejos del objetivo. Las del gales fueron a las nubes; la del argentino, de cabeza, por encima del larguero.

Algo en la nada ofensiva en la que se movieron los dos equipos, que ni a balón parado proponían lo suficiente para deshacer un 0-0 a la hora de juego con pinta de irremediable.

Derbi descafeinado en el MetropolitanoDerbi descafeinado en el Metropolitano - Foto: Oscar J. Barroso / AFP7 / EuropaQuizá pensó entonces Simeone que mejor un punto que nada, aunque tampoco hubiera rastro de nada del Real Madrid en ataque. Entró Marcos Llorente y se marchó Joao Félix. Salió Luka Modric por Fede Valverde. El partido estaba pendiente de una individualidad entre tanto atasco, o nulidad, ofensiva, camino del tramo definitivo.

La tuvo Karim Benzema, con un cabezazo que tenía pinta de gol, salvo para Oblak, que se estiró para repeler la mejor oportunidad del encuentro, casi la única en su verdadera expresión, en una noche de frustración para los dos equipos, empatados 0-0 y por consolidar.