El precio de la uva sube poco más de una peseta en diez años

D. M.
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Las cotizaciones en la DO Valdepeñas, referencia dentro y fuera de la región, apenas varían en la última década y siempre marcan el inicio de las movilizaciones de los agricultores cada vendimia

El precio de la uva sube poco más de una peseta en diez años - Foto: Fotos Rueda Villaverde

La Denominación de Origen (DO) Valdepeñas marca, para bien o para mal, el inicio de la vendimia en España. Es la referencia. Las conocidas tablillas donde las bodegas anuncian el precio de la uva que van a pagar a los agricultores es a mediados o finales de agosto el fuego que enciende la mecha. Pero más que un fuego es un juego. Las principales asociaciones que agrupan a los grandes industriales (Félix Solís y García Carrión) publican sus precios como primera opción, siempre por debajo de las expectativas de los agricultores, que al segundo anuncian movilizaciones. Así cada inicio de vendimia, a excepción de hace algunos años, donde la paz social reinó.

No es de extrañar que los viticultores pongan el grito en el cielo cada agosto-septiembre en Valdepeñas. Desde hace más de una década, los precios apenas han variado. Según ha podido recopilar este periódico y contrastarlas con las subidas posteriores, las tablillas de 2011 marcaban entonces un precio de 0,0189 euros kilo/grado para la entonces uva tinta (3,15 pesetas). Para la blanca 2,40. Con las tablillas iniciales de 2021 se pagará por la tempranillo DO Valdepeñas 0,02461 euros kilo/grado (4,10 pesetas) y el resto de uva blanca a 0,013823 euros kilo/grado (2,30 pesetas). Es decir, en los últimos diez años, apenas ha subido el kilo/grado una peseta y en la blanca, ni eso, pues se paga por debajo. Como se adjunta en el gráfico de la información, las variaciones han sido mínimas. Hasta 2017 no se pagó por encima de las 5 pesetas. Los industriales, cuando ya está avanzada la vendimia, suelen actualizar precios al alza al menos una vez, presionados por las organizaciones agrarias, instituciones y presión social. Como hace tan solo unos días, Félix Solís elevó la cotización de la tempranillo hasta las 5 pesetas.

Los ojos siempre han estado puestos en Valdepeñas. Este funcionamiento de una hipotética oferta y demanda, condicionada por las existencias en bodega, por las previsiones de cosecha y el supuesto mercado internacional han hecho de esta Denominación de Origen el ojo del huracán pues dos de los grandes operadores del mundo son los que, de alguna manera, ponen las reglas del juego. En 2012, la Comisión Nacional de la Competencia sancionó a las asociaciones industriales por supuestamente pactar precios. Y ahora, ambos se encuentran en una guerra en los tribunales por denuncias cruzadas que ha acabado en la Audiencia Nacional.

El precio de la uva sube poco más de una peseta en diez añosEl precio de la uva sube poco más de una peseta en diez añosPero ¿cómo es posible que los precios se mantengan una peseta arriba o abajo durante más de diez años? ¿cómo afronta un agricultor la subida del IPC en la maquinaria, proveedores, fitosanitarios y ya no digamos los récord de precios de la luz?

Las oscilaciones de los precios han sido una constante durante décadas. Hay algunos agricultores que recuerdan que algún año se pagó a precio de oro de manera excepcional (fue en 1999 y se pagó a 10,35) pero el resto de vendimias, la dinámica ha sido muy parecida con o sin complicidades entre ambos sectores. Una peseta más o menos y actualizaciones constantes para garantizar la entrada de la uva a las bodegas, ése ha sido el juego. No solo en la última década sino desde hace dos. Otra de las expresiones recurrentes es que dependiendo de las previsiones de cosecha así se fija el precio.

En Valdepeñas, desde hace bastante años y por imposición del Pliego de Condiciones de los vinos con DO donde los rendimientos no pueden ser superiores a 7.500 kilos por hectárea en las variedades de tinta y de 8.000 en las de blanca. Por eso la producción en Valdepeñas, curiosamente, indendientemente de la añada, siempre ha rondado los 100 millones de kilos de las 22.000 hectáreas que están acogidas a la DO, con vino calificado entorno a los 550.000 hectolitros, a excepción de los dos últimos años donde la producción se acercó a los 700.000 hectolitros. La campaña 2019/2020, por ejemplo, fue la más elevada de la última década.

 Pero si se compara con otras regiones vitivinícolas, los precios son bien distintos y muy por encima de la DO Valdepeñas. «Vamos por el buen camino», aventuraba un viticultor con gran experiencia en la zona: «La actualización a 5 pesetas de Félix Solís y el pago por calidad de García Carrión nos da esperanza para que esta zona recupere el prestigio, no solo institucional, sino de marchamo de calidad. Debemos dejar de ser la referencia para otras DO, por los bajos precios,y también de bodegas del exterior que vienen a comprar airén barato para otro tipo elaboraciones como Jerez, o mezclarlas con otras variedades».