Ciudad Real tiene más de 68.600 armas, una por siete vecinos

Pilar Muñoz
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El 76,86% del armamento censado en la provincia son escopetas de caza. Las armas utilizadas en un hecho delictivo, en un crimen superan las 800

Un ciudadano entregó ayer estas escopetas en la oficina de la Intervención de Armas de la Comandancia de Ciudad Real - Foto: Tomás Fernández de Moya

No es fácil conseguir una licencia de armas, aunque se esté en tierra de cazadores con grandes cotos de caza y mucha afición. Lo primero para obtener la licencia de armas es carecer de antecedentes policiales y pasar un exhaustivo examen teórico y práctico tras presentar un certificado médico de aptitudes psicofísicas y acreditar la dedicación al deporte de la caza.

En la provincia de Ciudad Real hay 34.373 licencias, entre nuevas y renovaciones, y casi el doble de armas. Las licencias para la tenencia de escopetas de caza son 20.487 y   2.466 para rifles. También, se han concedido 405 permisos para armas de tiro olímpico y 123 autorizaciones especiales para menores de 14  y 18 años que tienen que practicar la caza acompañados de adultos.

Una por cada siete vecinos. Las armas registradas en la provincia de Ciudad Real suman 68.648, una por cada siete vecinos. Un total de 52.768 son escopetas de caza, lo que representa un 76,86 por ciento. Los rifles censados son menos, exactamente 11.382. Las de tiro olímpico ascienden a 859 y sólo 54 son armas cortas (pistolas o revólveres), que están en posesión de personas que se encuentran en una situación de riesgo especial. Los permisos para este tipo de armas están «muy restringidos» porque son para defensa personal, explica el teniente jefe de la Intervención de Armas de la Comandancia de Ciudad Real tras recalcar que se conceden cuando hay una situación de riesgo especial.

Un agente comprueba el estado un arma depositada en la ComandanciaUn agente comprueba el estado un arma depositada en la Comandancia - Foto: Tomás Fernández de MoyaEl número de licencias para este tipo de armas cortas ha ido disminuyendo en los últimos años conforme se reducía la amenaza terrorista de ETA. Están destinadas a militares en la reserva, jueces, fiscales, armeros o joyeros; a quienes acrediten un riesgo real.

Armas con ruina. La Guardia Civil también custodia armas retiradas por haber sido utilizadas en un hecho delictivo como lesiones, homicidio o asesinato en grado de tentativa o consumados. Todas estar armas tras ser incautadas por orden judicial y una vez que se ha cerrado el proceso judicial van a parar al depósito de la Intervención de Armas de la Guardia Civil para después ser reducidas a chatarra.

Recientemente, la Policía Nacional de Ciudad Real se incautó de la escopeta del acusado de disparar y matar a un hombre que entró en su finca del parque forestal de La Atalaya, a tres kilómetros de Ciudad Real, el pasado 1 de agosto. La escopeta de caza está en las dependencias policiales para posteriormente ser llevada al Juzgado como prueba de convicción en la causa contra el presunto homicida. Actualmente hay 882 armas depositadas en la Comandancia de Ciudad Real, a disposición de la autoridad judicial, por haber sido utilizadas en un hecho delictivo.

Ciudad Real tiene más de 68.600 armas, una por siete vecinosCiudad Real tiene más de 68.600 armas, una por siete vecinos - Foto: Tomás Fernández de MoyaTambién serán reducidas a chatarra otras muchas armas que han pertenecido a ciudadanos que lamentablemente fallecieron el año pasado por coronavirus. Eran cazadores y sus familiares han entregado las armas en la Comandancia, que celebrará la última subasta el próximo mes de noviembre, justo un año después de la entrada en vigor de la reforma del reglamento de armas. Ya no habrá más subastas de escopetas, rifles, pistolas... Si no se adjudican en la última subasta serán reducidas a chatarra, en cumplimiento a la normativa e instrucciones en la materia, indica el teniente jefe de la Intervención de Armas de Ciudad Real.

Ciudad Real tiene más de 68.600 armas, una por siete vecinos
Ciudad Real tiene más de 68.600 armas, una por siete vecinos - Foto: Tomás Fernández de Moya