El Viña Albali Valdepeñas militará la próxima temporada en Primera División. El equipo de fútbol sala hizo honor al título que posee la ciudad y conquistó una muy heroica permanencia en un choque que tuvo de todo. Era una final y no podía ser de otra manera. Ganó el Viña Albali y Valdepeñas seguirá teniendo equipo en la élite. Esta afición y la ciudad así lo merecen. Segovia se va a Segunda, pero su plantilla, que acumula cuatro meses de impagos, ofreció toda una lección de profesionalidad
Los nervios jugaron una mala pasada a los azules en el arranque del choque. Excesivamente atenazados, el camino se llenó de curvas cuando en el segundo minuto Chus batía a Coro con un lanzamiento de falta, en una acción que vino precedida de un despiste imperdonable.
La tensión se notaba, era casi un jugador más y en ese contexto pareció desenvolverse mejor el cuadro foráneo. Sin embargo, con el paso de los minutos la escuadra vinatera fue poniendo cerco al área visitante. Ahora bien, a pesar de generar oportunidades, el gol no llegaba y la ansiedad no era buena compañera. Lo intentaron Víctor Montes, Juanan, Chino, José Mario…, pero el balón parecía no querer entrar. Segovia se defendía como podía y eso les hizo acumular su quinta falta a 6.34. El acoso fue continuo hasta que a falta de 46 segundos para el descanso Chino se sacó un obús que se coló por toda la escuadra y el Virgen de la Cabeza se vino abajo. Fueron los mejroes momentos de un Viña Albali que siguió insistiendo hasta el intermedio.
Y arrastrado por esas buenas sensaciones no tardó en llegar el 2-1, obra de José Mario cuando apenas se había consumido el primer minuto del segundo periodo. Pero era día de sufrir, como toda la temporada, y Chus anotó el empate. El choque era frenético y la fe de Manu García en una jugada que parecía morir en la banda acabó convirtiéndose en el 3-2. Y con ese subidón Chino volvió a hacer de las suyas para marcar el cuarto. Catorce minutos separaban a los manchegos de la salvación y el Virgen de la Cabeza era una olla a presión. A doce para el final entró Zamo, que el jueves anunció su despedida del equipo. A Segovia se le escapaba el tiempo y se fue desquiciando. Buena prueba de ello fue el empujón de Álvaro tras una filigrana de Dani Santos y que él entendió como un menosprecio. A siete para el final lo probó Segovia con juego de cinco, pero Viña Albali resistió, y Kike castigó dos veces más a los segovianos, para dejar en una anécdota el tanto de Chus. Valdepeñas es de Primera.