En primer lugar, ¿qué significa girar con Juan Rana, tras lo difícil que ha sido actuar durante todo el invierno?
(Miguel Magdalena) En general, las giras te permiten compartir tus espectáculos con gentes de diversas latitudes, costumbres, etc… Esta vez, nos hemos encontrado con algo distinto. Ron Lalá hemos sido de las pocas compañías que, afortunadamente, han podido hacer algunas funciones durante los momentos más duros de las restricciones. Desde mi punto de vista, estas circunstancias han hecho mucho más necesaria, si cabe, nuestra labor como transmisores de cultura (sin mayúsculas). De hecho, creo que esta pandemia ha puesto de manifiesto el importante papel que juega la cultura en las sociedades, aunque de manera oficial siga sin querer verse. Llevar la risa y nuestra energía a lugares donde el pensamiento estaba ocupado exclusivamente por una emergencia sanitaria ha sido, además de una labor humana, un hecho muy satisfactorio para nosotros, como compañía y como personas.
¿Cómo os está recibiendo el público?
(Daniel Rovalher) Con mascarilla y separados, jajaja. Esto hace frenar el otro contagio, el del ritual de la función, donde vives todo junto al espectador de al lado. Ahora eso no se puede, de momento, hacer así. Por lo general nos reciben con júbilo y con ganas de desconectar de la realidad diaria, al principio les cuesta entrar en el código festivo porque vivimos días muy fríos y "apretaos" pero rápido se vienen con nosotros. Los aplausos finales nos dejan ver que agradecen el rato de teatro, música y comedia y que se van a casa algo más felices, creo.
En Ron Lalá os gusta jugar con la actualidad, ¿habéis cambiado algo del guión para adaptarlo a la pandemia y al año que lleváis de gira?
(Íñigo Echevarría) ¡Claro! Es uno de nuestros cables a tierra, es importante anclarse en el aquí y ahora; y el público lo agradece mucho, se genera un sentimiento de pertenencia especial. Aunque sutilmente, no es necesario ni interesante abusar. En este espectáculo hemos incluido algunos versos en un par de momentos en relación al día a día que estamos viviendo, temas tan universales y que nos tocan a todos como distancia social, mascarillas, etc.. Y al trabajar en verso, como va todo tan medido, tampoco hay hueco para improvisar; eso garantiza la mesura.
¿Por qué es importante recordar a Juan Rana y reírse en estos tiempos de crisis sanitaria?
(Juan Cañas) Juan Rana, el personaje interpretado por el actor Cosme Pérez, se convirtió en toda una celebridad en la época. En pleno siglo XVII y con la transmisión oral como principal medio de comunicación, que un comediante alcanzase un grado de popularidad tal que le llevase a actuar en la Corte para el rey Felipe IV y consiguiera que algunos de los más grandes dramaturgos de su tiempo escribieran entremeses con él mismo como protagonista, nos da una idea de la dimensión del talento que poseía. Y nosotros, como compañeros de oficio que entienden el humor como una actitud vital, como la mejor forma no solo de divertirse, sino también de hablar de los asuntos más trascendentes del ser humano e incluso de afrontar los sinsabores de la vida, teníamos necesariamente que dedicarle un espectáculo.
Lanzasteis la obra antes de la pandemia, ¿Os imaginastéis lo necesario que iba a ser un rato de humor?
(Álvaro Tato) La risa siempre es necesaria, pero ahora es urgente. La risa es curativa. La pandemia nos sorprendió con el espectáculo ya en marcha, y hemos comprobado lo esencial que es para la sociedad reírse, pasarlo bien, estar juntos en presente, vivir la fiesta del "aquí y el ahora" del teatro y la música en vivo; eso sí, con todo tipo de distancia y medidas de seguridad. Ya en época de Juan Rana, el teatro sorteaba todo tipo de pandemias, prohibiciones y dificultades para salir adelante y seguir reuniendo al público, a la gente, porque desde los griegos el teatro es la fiesta de la ciudadanía, la plaza del "nosotros".
En la obra se hace un juicio a Cosme Pérez como si no hubiera diferencia con Juan Rana. ¿Cómo se valora ahora al humorista? Se podría pensar que no hay mucha distancia entre ese tiempo y el actual.
(Yayo Cáceres) Desde mi punto de vista, hoy es más difícil que nunca hacer humor y a la vez es más necesario que nunca. Estos tiempos de corrección política atentan directamente contra el humor. Es cada vez más fácil que alguien se sienta ofendido y creo que el humor no debería tener límites. De todos modos el humor forma parte de la inteligencia humana y confío en que se vengan tiempos en que podamos resolver más cosas como sociedad y podamos recuperar ese humor libre y desafiante de los años de Monthy Pyton o Gila o el mismo Chaplin que no se si hoy pasarían el juicio social. Las redes también han contribuido a la crispación en este sentido. Para terminar diría que siempre el cómico o el humor, ha cumplido la función de incomodar y desafiar al poder establecido y los cánones. Esto no va a cambiar y nuestro deber es defender la libertad de hacer humor aunque nos moleste o no estemos de acuerdo con él.