Muertes para educar en salud y en vida

Hilario L. Muñoz
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La Facultad de Medicina amplía sus instalaciones para preservar los cadáveres donados a la ciencia y pide complicidad a los ciudadanos para cumplir con el «último acto de altruismo»

Muertes para educar en salud y en vida - Foto: Rueda Villaverde

Un fallecido puede salvar vidas con su cuerpo. Se trata de una acción voluntaria, que debe decirse en vida, para dar un nuevo destino a sus órganos o un uso científico a su cuerpo. El primero puede dar vida a una persona y el segundo puede salvar miles, si se convierte en el elemento práctico que un estudiante necesita para obtener un conocimiento práctico de la anatomía humana. 

En Ciudad Real, cada alumno de Medicina analiza en los primeros dos años de su grado «un cuerpo humano entero desde la planta de los pies hasta la cabeza», apuntó el decano de la facultad, Alino Martínez.  «Esta es la diferencia entre aprender anatomía en un aula y aprender que el cerebro o las arterias son muy variables en cada persona» y recordar con el tacto cada uno de los órganos, músculos y tejidos de un cuerpo. «El cambio conceptual que hacen los alumnos es fundamental y se trata de una experiencia insustituible y de las mejores del país en Ciudad Real», indicó, ya que no en todas las facultades un estudiante puede analizar en una sala preparada para ello el cuerpo humano al completo. Se trata de la misma labor con que se ha enseñado Medicina desde hace siglos y que es necesario en esta era de realidad virtual e internet. Este estudio se realiza en un espacio aséptico, en el que se trabaja de una forma pulcra, bajo unos estrictos protocolos marcados por la facultad y en un entorno seguro ya que a cada cuerpo se le hacen análisis y se le realiza un proceso de conservación. 

Una muestra de la importancia de este trabajo son las obras de ampliación que ha realizado la facultad ciudadrealeña este verano para incrementar su capacidad de acoger cadáveres al ritmo que aumentan sus estudiantes y grupos de prácticas. Es «una solución temporal» a la espera de contar con las instalaciones definitivas de la facultad de Medicina junto al hospital. En total ahora pueden albergar 20 cadáveres, lo que les permite contar con espacio suficiente para las donaciones y mantener los cuerpos para estos alumnos. 

Muertes para educar en salud y en vidaMuertes para educar en salud y en vida - Foto: Rueda VillaverdeHay que tener en cuenta que, actualmente, se realizan unas 20 donaciones en la región y que acaban en las facultades de Ciudad Real o de Albacete. Con el incremento de alumnos es necesario superar las 30, por lo que animan a los castellano-manchegos a hacer «el último acto altruista», tras «haber donado sangre, plasma o médula» en vida y haber superado la edad en la que se pueden donar «órganos». Estas donaciones suelen realizarse por «personas sencillas, trabajadores, gente del campo, de los pueblos, pero muy convencidas y que llama y hace preguntas convencida de su decisión», apuntó el decano. 

El proceso de donación arranca con una visita en la web de la facultad de Medicina de la UCLM donde hay un espacio, en exclusiva, dedicado a este aspecto y se puede adquirir un documento que se debe firmar y entregar. El mismo proceso puede realizarse por las Voluntades Anticipadas, como se llama el testamento vital en la región. Cuando el donante fallezca, los familiares o el hospital se pondrá en contacto con el equipo de la facultad de Medicina referente en la provincia y que se ocupará de todo, con un proceso que es completamente gratuito para la familia. 

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Muertes para educar en salud y en vida - Foto: Rueda Villaverde
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Muertes para educar en salud y en vida - Foto: Rueda Villaverde

Durante los próximos dos o tres años, el cuerpo servirá para realizar las prácticas de los alumnos pero también para que los profesionales sanitarios puedan realizar abordajes, de tal modo que un especialista se acerca, en ocasiones, a la facultad antes de una operación para analizar por dónde tomar vías o utilizar cierto instrumental así como para recordar; se trata de otro modo de salvar vidas. Pasado este tiempo el cuerpo es incinerado y los restos son entregados de vuelta a los familiares o se depositan en una zona común si es su deseo.