El trabajo en equipo lo es todo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), el sustento a una labor ardua en la que todos suman, en la que cada pieza es fundamental en este importante engranaje asistencial. Así lo resalta por ejemplo Amadeo Puebla, supervisor de UCI, quien afirma que se consigue gestionar una UCI en esta situación de pandemia «con mucha ayuda de la gente, enfermeras, auxiliares, limpiadoras, celadoras... Y porque hay mucha responsabilidad en cuanto al trabajo». Cada parte es importante, afirma también Esther Pérez, enfermera veterana en esta unidad. «Trabajamos en equipo y aunque a veces estamos muy ‘quemaillos’, nos necesitamos unos a otros», comenta junto a dos compañeras con las que acaba de salir de guardia a las ocho de la mañana. Recuerda que en muchos casos se trata de atender a pacientes sedados y que las enfermeras tienen que ser «sus manos, su vista, tienes hasta que toser por ello entre comillas», agrega.

Por ellos están dispuestas a hacer todos los sacrificios, doblar turnos o acudir en sus días libres. «Pese a que intentan cubrir personal, siempre surgen situaciones, simplemente un contagio de una compañera que tengan que aislarla de un día para otro, y a veces hay que venir a doblar turnos. No han obligado a nadie, pero muchas veces por la responsabilidad personal y el sentido común te hace arrimar el hombro», comenta Pilar Rubio, que suma a sus espaldas unos 18 años de experiencia en este ámbito.

En la UCI, el personal tiene que encajar los golpes duros aunque también suma las victorias que supone cada recuperación, cada paciente que vuelva a casa es motivo de alegría, aunque no siempre el resultado es ese. «Cada historia personal merece la pena, aunque el desenlace no sea el deseado. El que llega aquí recibe lo mejor de nosotros», apunta con emotividad Cruces Sánchez, enfermera que lleva en esta unidad desde el año 2008.

El equipo como sustento de la UCI - Foto: Rueda VillaverdeLa crudeza que implica el COVID no pasa desapercibida para nadie y la imposibilidad de que los pacientes mantengan contacto físico con sus familias es una circunstancia que los sanitarios lamentan. Así lo pone de manifiesto la médico María Luisa Gómez Grande, quien apunta a cómo el coronavirus destruye los proyectos vitales de quienes no logran salir adelante.

savia nueva. Además de los veteranos, en la UCI hay jóvenes sanitarios que también dan muestras de sus ganas y su compromiso. Es el caso de Esther Rubio, adjunta a la UCI desde marzo. Recuerda que le llamó la atención que en la UCI había «gente muy joven» y eso «te hace pensar: si lo cojo yo qué va a pasar y, encima, uno menos» para echar una mano en una unidad en la que sabía de la importancia de sumar manos, afirma junto a sus compañeros, Lourdes y Guillermo, ambos residentes y que destacan todos los conocimientos profesionales que han adquirido en este tiempo de pandemia.

Los anestesistas por su parte también juegan una labor esencial y muchas veces desconocida, ya que aparte de su trabajo en quirófano para todos los pacientes a intervenir, llevan también las áreas de críticos postquirúrgicos, que es la unidad de cuidados intensivos en la que se encuentran, dice María Madrazo, quien destaca la seriedad de la situación y, al igual que todos los profesionales, insisten en el mensaje de la responsabilidad.

El equipo como sustento de la UCI - Foto: Rueda VillaverdeMagdalena de los Ríos asegura que acude a trabajar intentando hacer lo mejor posible su trabajo, al igual que María, limpiadora. 

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