El presidente Emiliano García-Page marcó distancias esta tarde con la propuesta lanzada por el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, para celebrar un referéndum de independencia cuando el porcentaje de separatistas alcance el 65 por ciento. A su juicio, es “de todo punto incomprensible que se abra ese debate” que hace “el caldo gordo” a los intereses independentistas.

“Me gustaría que Iceta, que es listo, es una persona inteligente, recuerde con mucha claridad que ninguna parte de España decide por su cuenta, que el simple hecho de especular con ellos es tanto como alimentar las expectativas falsas de los independentistas. Es pedirle encubiertamente a la gente que vote a los independentistas y encima con un porcentaje elevado”, manifestó el presidente antes de afirmar que “no necesitamos ni ocurrrencias ni relatores”.

No es la primera vez que Page sale al paso de propuestas de otros líderes socialistas o del propio Gobierno sobre Cataluña. Ya lo hizo cuñado el Ejecutivo de Sánchez anunció que había acordado con la Generalitat la figura de un relator o intermediario entre las dos administraciones. Y ayer lo volvió a hacer. “Lo que afecte a España lo vamos a decidir todos los españoles y españolas, como no puede ser de otra manera. Que nadie se pierda ni en un porcentaje ni en otro”, le dijo directamente a Iceta.

Consciente de que los titubeos de su partido con los independentistas pueden perjudicar sus intereses electorales en Castilla-La Mancha, el presidente no se mordió la lengua en sus críticas a Iceta. “Lo que pasa en España incumbe y lo decidimos todos. Es algo que convendría que algunos se lo releyeran todos los días para no equivocarse y no hacerle el caldo gordo a quienes no queriendo la ruptura de España tampoco quieren del todo a España”, dijo al respecto, .

Así, continuó, “los que tenemos muy claro que la soberanía nacional pertenece a todos los españoles no abrimos ningún tipo de debate”. Y lanzó un mensaje a los votantes al asegurar que la defensa de España es algo que “va en el ADN” del PSOE, un partido años de historia “defendiendo a España frente a la dictadura y en todo tipo de adversidad y crisis”.

En este sentido afirmó que los españoles tienen que tener “muy claro que el Partido Socialista Obrero Español, si tiene que darle la vuelta a las letra será primero español antes que todo lo demás”. Eso sí, advirtió, la defensa de la unidad de la nación la hará sin darse sin tener “golpes de pecho” y sin enrollarse “en ningún tipo de bandera ni ideología”.