El último pago

Raquel Santamarta
-

Un sepelio cuesta casi un 19,6% menos en la provincia de Ciudad Real que en el conjunto de España, según un informe de Unespa

El último pago - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir», escribió de forma casi profética Federico García Lorca. Y es que, aunque existen formas para no dejar  cargas económicas a los seres queridos, el coste del final de la vida es muchas veces asumido por unos familiares que, en función de la zona en la que habitan, afrontan un desembolso más o menos importante. Un último pago tan triste como inevitable que en la provincia es relativamente asumible. Porque según los datos del estudio ‘¿Quién paga más por la muerte en España?’ realizado por Estamos Seguros, a iniciativa de Unespa, morirse en Ciudad Real es barato.

Un sepelio cuesta un 19,59% menos que la media nacional. De hecho, la provincia se sitúa entre las más baratas de España, un listado que abandera Zamora, donde decir adiós a la vida es un 39,7% menos gravoso que en el conjunto del país. Por contra, hacerlo en Gerona se revela un 29,1% más caro.

El descanso eterno tiene un precio. Pese a que en Ciudad Real  es llevadero, en Cuenca (-26%) y Toledo (-24,67%) lo es aún más, según se desprende del informe publicado ayer y realizado tras analizar ocho de cada diez sepelios sufragados por las aseguradoras (216.404), un sector que se hace cargo del 63% de los enterramientos e incineraciones que se producen en España.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si se suman los costes del velatorio, el ataúd, la inhumación o incineración, además de flores, coche fúnebre y esquelas, el coste medio de un entierro «sencillo» supera los 3.500 euros. Y hacerlo en la Comunidad de Madrid aumenta las posibilidades de tener que pagar más por un sepelio, ya que varios de sus municipios están entre los más caros para morirse con Rivas-Vaciamadrid (un 59,3% por encima) a la cabeza.

Además, hay que tener en cuenta que el traslado del cadáver dentro del territorio nacional conlleva, habitualmente, el pago de 424 euros. En cambio, repatriar un cuerpo desde el extranjero es sensiblemente más costoso. En concreto, el coste medio es de 5.987 euros.