José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Centenarios

29/09/2021

Quieren las sutiles coincidencias de las cronologías que la celebración del centenario de la fundación del Partido Comunista de España (PCE), como una escisión del PSOE y de las Juventudes Socialistas –Santiago Carrillo al frente, entre otros–, adherido a la III Internacional recién creada desde Rusia por Lenin, haya coincidido con otros hechos no menos relevantes. Un partido con una historia sinuosa como cuentan algunas de sus historias y las memorias disponibles de los secretarios generales. 
Con un trasiego político entre la Guerra Civil y la dictadura –en la clandestinidad del antifranquismo militante fue conocido como El Partido por antonomasia y en singular, toda vez que otros no estaban disponibles y otros más no había nacido a la cuerda política– la celebración centenaria ha coincidido con la publicación entre nosotros de la tesis invalidante del Movimiento Comunista y de la Internacional Comunista, en forma de enorme ensayo de 1.500 páginas. Me refiero a la publicación de La casa eterna. Saga de la revolución rusa, del historiador Yuri Slezkine que ha recibido unánimes elogios y se ha acompañado por el estupor consecuente por lo contado: una saga vista a través del edificio de gobierno, frente al Kremlin y donde Slezkine advierte que Marx fracasó en su construcción teórica en la medida en que el acierto sobre las pasiones humanas fue más de Lev Tolstoi, arrastrando una idea parecida a la sostenida por Edmund Wilson en Hacia la estación Finlandia (1940), cambiando Tolstoi por Dickens. 
La celebración oficial del centenario ha consistido –más allá del acto celebrado en la casa de Campo el pasado día 25, con abucheo a Pablo Iglesias incluido–, en la reedición del Manifiesto comunista, pieza de 1848 que ha contado con el prólogo de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Un prólogo vicario que demuestra –según algunos afilados comentarios, como los de Félix Ovejero– la poco atenta lectura que la líder ministerial ha verificado. Y digo líder ministerial, por no saber ubicar el papel real del PCE, englobado primero en la coalición con Izquierda Unida, y después en la segunda coalición electoral de Unidas Podemos.
Es decir, que lo que la contemplación de los 100 años transcurridos desvela es más cierta idea de páramo ideológico –tras los consiguientes abandonos, deserciones, rectificaciones, purgas, heterodoxias, desviacionismo y trabajos fraccionales– y raquitismo que la plenitud de la edad cumplida. Por no hablar de la crisis del movimiento comunista abierta por el hundimiento del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética, referente funcional e ideológico durante parte de esos años del centenario.