Trece años implicado en la Diócesis

La Tribuna de Ciudad Real
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Algora se despidió en 2016 denunciando a fuerzas políticas y sociales que querían abrir entonces "un paréntesis de la presencia secular de la fe en nuestra tierra, como si todo tuviera su origen de la prehistoria"

Trece años implicado en la Diócesis

Antonio Algora Hernando nació en La Vilueña (Zaragoza), el 2 de octubre de 1940. Trece años son los que permaneció al frente de la Diócesis de Ciudad Real del que se despidió en 2016 recordando el trabajo hecho por sacerdotes, religiosos y seglares implicados en el desarrollo de una Diócesis que se extiende «en la totalidad de la provincia civil de Ciudad Real» y donde «nuestras gentes gozan de usos y costumbres que tienen sus raíces en la fe católica».

En ese contexto, Algora dio muestra de su compromiso y su implicación cargando las tintas contra «algunas fuerzas políticas y sociales» que, a su jucio, «quieren abrir paréntesis de la presencia secular de la fe en nuestra tierra, como si todo tuviera su origen de la prehistoria o en la dominación árabe» .

Algora presentó su renuncia ante el papa Francisco al cumplir los 75 años, y con motivo de su marha repasó algunos hitos alcanzados en Ciudad Real en el periodo de su estancia al frente de la Diócesis, como «los procesos de desarrollo y modernización en los sectores de la agricultura: del vino, el aceite, el melón, etc., la ganadería volcada en la producción de nuestros famosos quesos, el crecimiento del número de facultades de la Universidad o la internacionalización de varias industrias asentadas en nuestra tierra» , aunque también habló del «cierre de actividad de la minería y la producción de energía, etc., verdadera crisis de empleo por la creciente disminución de la necesidad de mano de obra y el crecimiento negativo -como se dice ahora- de la población por el regreso a sus lugares de origen de los emigrantes».

Ahí también se refirió a que en estos años, que definió como de «carestía y de desempleo», resultó «fundamental» el trabajo de Cáritas Diocesana «que ha hecho posible el mantenimiento de los servicios a los más necesitados; per-sonas sin hogar y enfermos a causa de su drogadicción, además de otros muchos programas que se extienden por las parroquias gracias a los voluntarios cuya formación se cuida con mucho empeño». «Con toda sencillez hemos de dar gracias a Dios porque la Iglesia Diocesana ha sido evangelio: buena noticia para los empobrecidos», sentenció entonces Algora.

En su adiós, Algora también repasó momentos de «muy especial intensidad» como la beatificación «de nuestra antecesor el beato Narciso Estenaga y once mártires más y el glorioso doctorado de san Juan de Ávila, largamente añorado y esperado aquí, en su tierra natal», finalizando con una petición de perdón «por las deficiencias, errores y omisiones de estos años de pastoreo», al mismo tiempo que se ponía a disposición del nuevo obispo Melgar.

Algora cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Madrid. El 23 de diciembre de 1967, fue ordenado sacerdote y quedó incardinado en la que entonces era la Archidiócesis de Madrid-Alcalá y hoy son tres diócesis: Madrid, Alcalá y Getafe. Estudió Sociología en el Instituto Social León XIII, de la Universidad Pontificia de Salamanca en Madrid.

Desde 1968 a 1973, desempeñó el cargo de Consiliario de las «Hermandades del Trabajo», en Alcalá de Henares. Trasladado a Madrid como consiliario de los jóvenes de las Hermandades del Trabajo, sustituyó al fundador, D. Abundio García Román, en 1978, como Consiliario del Centro de Madrid.

El 9 de octubre de 1984, fue nombrado Vicario Episcopal de la Vicaría VIII de la Archidiócesis de Madrid.

El 20 de julio de 1985, fue nombrado Obispo de Teruel y Albarracín. Fue consagrado Obispo, el 29 de septiembre de ese mismo año, por el Nuncio Apostólico en España, Mons. Taglaferri.

El día 20 de marzo de 2003, al aceptar el Santo Padre la renuncia, por razones de edad, de Mons. Torija al gobierno pastoral de nuestra diócesis, fue nombrado Obispo de Ciudad Real, con el título honorífico de Prior de las Órdenes Militares. Tomó posesión el día 18 de mayo de 2003, en la Santa Iglesia Catedral Basílica, de manos de Rafael Torija.

El 2 de octubre de 2015, después de doce años como obispo prior de la diócesis de Ciudad Real, presentó la renuncia al gobierno de la diócesis por razones de edad. El 8 de abril de 2016 se anunció que lo sucedería Gerardo Melgar Viciosa, en ese momento obispo de la diócesis de Osma-Soria, que tomó posesión el 21 de mayo de 2016.

Desde ese momento, Antonio Algora vive en Madrid y celebra la eucaristía a diario en la parroquia Santa María la Mayor y San Julián, en el distrito madrileño de Tetuán. Además, acompaña a Hermandades del Trabajo, tal y como comenzó en sus primeros años de sacerdocio.

En la Conferencia Episcopal Española ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, y como tal, obispo responsable del Departamento de Pastoral Obrera desde el año 1990. También fue miembro, desde 1993, del Consejo de Economía y el responsable del Secretariado para el Sostenimiento Económico de la Iglesia hasta noviembre de 2016. Además fue miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de 1987 a 1999. Ha sido también miembro de la «Junta San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia», que se creó con el encargo de preparar la Declaración y la promoción de la figura del nuevo Doctor.

También fue presidente de la Fundación Pablo VI y, en los años en los que fue obispo de Ciudad Real, copresidente de la Comisión Mixta Iglesia-Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Con el cambio en la organización de la Conferencia Episcopal y la aprobación de sus nuevos estatutos en noviembre de 2019, es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción humana. De marzo de 2020 a septiembre de 2020 ha sido obispo responsable del Departamento de Pastoral Obrera de esa Comisión Episcopal.