El estado del Tajo impide conservar hábitat de la red Natura

C.S.R. / Toledo
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El presidente de la Junta entrega hoy en Bruselas un informe en el que señala al trasvase como principal culpable de la 'fosilización' de las riberas

El Tajo en La Puebla de Montalbán apenas lleva caudal y su cauce está ‘cubierto’ de carrizos. - Foto: David Pérez

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aterriza hoy en Bruselas con un informe demoledor sobre la situación medioambiental del Tajo a su paso por la región. Un documento en el que se advierte de que el carrizo se estaría comiendo literalmente el cauce de un río que ha perdido en los últimos 40 años casi la mitad de las aportaciones naturales de su cabecera y que a día de hoy «no es capaz de mantener adecuadamente» la masa forestal de sus riberas.

En concreto, este informe analiza la situación del Tajo entre el embalse de Bolarque, a caballo entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, y el de Azután, en Toledo, avisando de que el río «apenas lleva caudal» en este tramo y que su cauce «se encuentra totalmente anegado por carrizal y eneales», especies vegetales que no deberían estar aquí, o al menos no en la cantidad en la que se están presentes a día de hoy.

El carrizo supone ya el 35% de la cobertura vegetal del Tajo en esta zona y estaría afectando «directamente a a la conservación» de áreas protegidas por la Unión Europea como la Sierra de Altomira, la zona ZEPA de Castrejón o la isla de Malpica.

Esta invasión de carrizo tiene su origen en la «fosilización» de la ribera del río y la consiguiente desaparición de la cobertura vegetal de la orilla ante «la falta de dinámica fluvial» . O lo que es lo mismo, ante la falta de un caudal ecológico mínimo.

Una recurrente falta de agua cuya causa principal hay que buscarla en el saqueo continuo de la cabecera del Tajo a cuenta de los trasvases al Segura, según recalca el estudio encargado por la Junta de Comunidades. Como se describe en este texto, «esta anormal situación está estrechamente relacionada con los deficientes desembalases» realizados al Tajo en aplicación de la normativa reguladora del Acueducto Tajo-Segura, «que impiden cubrir las necesidades de la cuenca cedente y las necesidades del ecosistema fluvial adyacente». Y es que, no solo no se descarga agua suficiente en el Tajo medio, sino que este agua no sigue el ritmo natural, infringiéndose sobre el río «fuertes restricciones».

muy lejos del estándar de la Unión europea. Con todo, el informe que hoy se eleva a Bruselas alerta del «desfavorable» grado de conservación de los hábitat de interés comunitario en el Tajo, estando «muy lejos de alcanzar los estándares de calidad contemplados por Europa». Y apunta también al culpable en la «gestión hídrica del río», que «repercute negativamente en la conservación favorable del patrimonio natural de la Red Natura 2000».

En este sentido, unas de las especies más afectadas sería las alamedas y olmedas, en muchos casos en «fase de desaparición» por falta de agua y, en menor medida, por los cultivos que habrían ‘arañado’ zonas anteriormente ocupados por el bosque de ribera, especialmente a mediados del pasado siglo.

Tanto es así que, en estos momentos, más del 70% del bosque de ribera del Tajo entre Bolarque y Azután tendría entre una mala y una deficiente calidad medioambiental.