La Nueva España

Roberto Morales (EFE)
-

La vuelta de Luis Enrique, un año y medio después, deja más luces que sombras en la selección que quiere para los próximos años, llena de pundonor, fuerza y desparpajo

La Nueva España - Foto: EFEM0297

La selección firmó el pasado jueves un empate en la última jugada del partido ante Alemania en Stuttgart en el regreso, un año y medio después, de Luis Enrique al cargo de técnico nacional, en un encuentro en el que la personalidad de ir por el rival y la fe, el impulso de un grupo rejuvenecido en el que brilló el descaro del debutante Ansu Fati resaltó sobre los momentos de duda ante los que emergió la figura de David de Gea y reapareció la falta de gol.


Juventud y descaro

El nuevo once tuvo reconocimientos a hombres importantes del pasado, con respeto a los galones de Busquets o la apuesta de Navas como extremo derecho, pero no tardó el técnico asturiano en dar vía libre a la nueva hornada del fútbol español. De inicio con Ferrán Torres, extraño en el costado izquierdo y liberado cuando pasó al derecho en el segundo acto para no cansarse de intentarlo. En el transcurso con Ansu Fati, Mikel Merino y Óscar Rodríguez. Mostraron descaro y hambre, señas de identidad que necesitaba la selección.


Exhibición de De Gea

Desde la eliminación en la primera edición de la Liga de Naciones solo había jugado tres partidos con España. Con Robert Moreno se ejecutó el cambio de guardia que iniciaba Luis Enrique en Malta cuando tuvo que volver de urgencia. Kepa le adelantó tras partidos y torneos que explotaron una seguridad impropia a un portero de su experiencia. La decisión en el regreso de ‘Lucho’ la tomó con las sensaciones de los entrenamientos y las charlas con sus porteros. Se decidió por De Gea y le respondió en el Stuttgart Arena con una actuación magistral. Tres paradas salvadoras en el primer tiempo mantuvieron en pie a España, solo superado en la acción del gol.


Físico sobresaliente

El encuentro tuvo ritmo y los internacionales españoles lo soportaron en todo momento e incluso acabaron subiendo la intensidad en busca del gol que evitase la derrota. Le sorprendió a Luis Enrique ver a sus futbolistas con apenas unos entrenamientos en las piernas, en plena pretemporada, tener fuerzas para lanzar la presión alta, correr tras el rival en los momentos en los que no tuvo la posesión y buscar variantes ofensivas ante un bloque firme hasta que apareció, a la heroica, el tanto de Gayá en el último segundo. El seleccionador considera clave este apartado para desarrollar su idea de juego, la adaptación del estilo del toque a los nuevos tiempos en los que ha aumentado la velocidad de las transiciones.


Ansu Fati

La primera aparición por la absoluta con 17 años y 308 días le convirtió en el segundo jugador más joven en debutar y en el 800 en hacerlo en los 100 años de Historia de la selección. Nada abruma a Ansu Fati, que juega en estadios de renombre con el descaro de la calle. Inició con desacierto en dos acciones, una pérdida y leyendo mal un pase al espacio, pero nada le amilanó. La pidió siempre y generó peligro dentro del área rival. Le anularon por falta de Ramos un gol que habría sido de récord y demostró que representa el futuro ilusionante de la Roja.


Falta de pegada

Convertido en un mal endémico de la selección, la falta de gol reapareció en Stuttgart pese a la apuesta por el ‘falso 9’. Le faltó acierto en los últimos metros a Rodrigo para que la jugada le saliese bien al asturiano, teniendo en el banquillo a un punta de referencia y máximo goleador nacional de la última Liga como Gerard Moreno. España lleva 12 partidos sin perder, nueve triunfos y tres empates, pero carece de un ‘killer’ del área.