La evidencia científica marca que la ventilación es la clave para doblegar la curva del coronavirus. Cada día salen nuevas referencias científicas que señalan los aerosoles como el principal medio de transmisión del SARS-CoV-2 y con cada estudio cobran mayor relevancia las investigaciones que se realizan en la UCLM por el grupo de investigación en Combustión y Contaminación Atmosférica. Un grupo en el que se encuentra la investigadora Increcyt del Parque Científico y tecnológico de Castilla-La Mancha, Florentina Villanueva, y que forma parte de la iniciativa Aireamos, que busca investigar la calidad del aire en los entornos cerrados. De sus análisis y recomendaciones, poco a poco, han surgido dos nuevos elementos casi imprescindibles en las aulas: los filtros HEPA o los medidores de CO2.

Villanueva lleva años analizando el problema de los aerosoles en un espacio cerrado. Se trata de un estudio que no se centra en el coronavirus, sino en las partículas, y que, durante el pasado otoño, supuso analizar la calidad del aire en siete centros educativos de la provincia. Se buscaron espacios donde hubiera estudiantes de diferentes edades para incluir en la muestra alumnos sin mascarilla, con aulas que tuvieran ventanas más o menos grandes y zonas peores y mejor ventiladas. La intención era lograr una muestra representativa en la que estudiar la presencia de partículas, apunta Villanueva. «El estudio se inició en octubre y se ha estado midiendo en los mismos colegios, en octubre, noviembre y diciembre para ver, según iba cambiando el clima, cómo cambiaba el patrón de ventilación y aerosoles».

El análisis está pendiente de revisarse para su publicación científica, pero demuestra que había mayor concentración de partículas, PM2,5, PM10 y ultrafinas, en la zona de infantil que en primaria y en secundaria. Algo que podría tratarse por la ubicación, cercanía a la calle o los areneros. Los datos además muestran picos al regresar del recreo, lo que puede implicar, que sería conveniente mejorar la ventilación en esos momentos en que los estudiantes llegan más sofocados para evitar los aerosoles en el ambiente.

Uno más en las aulas para mejorar el aire y evitar virus - Foto: Rueda VillaverdeEl análisis se centraba en las partículas para evitar la contaminación en las aulas, pero con la pandemia, todo se convierte en análisis del virus. Por este motivo, desde el inicio se habló de la necesidad de una buena ventilación y de los filtros HEPA, que permiten renovar el aire sin abrir las ventas, y de los medidores de CO2, una herramienta que sabe la concentración de CO2 que hay en el ambiente y, por lo tanto, da la posibilidad de saber cuándo es necesario airear. Sus consejos, y los de otros muchos expertos, fueron escuchados y de octubre a la actualidad son muchos los centros educativos y espacios cerrados en España que han tomado la iniciativa de comprar estos filtros o medidores de CO2, algo que se ha acelerado conforme avanzaba la evidencia científica de los aerosoles y el frío impide mantener las ventanas abiertas

Hepa y medidores. Entre quienes optaron por estas herramientas desde el inicio se encuentra el Centro de Educación Especial Puerta de Santa Marí, donde se adquirieron filtros HEPA en octubre gracias a los fondos COVID de la Junta de Comunidades, una ayuda para mejorar la seguridad de las aulas. Se trata de un equipo que se usa en el comedor escolar, la única zona del centro donde hay peor ventilación. A mediados de enero completaron el equipo con medidores de CO2 que fueron donados por las Ampas. «Nuestros niños muchos no usan mascarilla, por normativa no tienen que usarla», explicó el director del centro, David Martín, quien señaló que se ha desarrollado un protocolo en el centro de ventilación que ha permitido no tener «ningún caso» de coronavirus en el centro hasta la fecha. La intención es hacer «una ventilación constante» y el uso de los medidores facilita la labor de mantener la apertura y saber cuándo se deben abrir.

Estas nuevas herramientas para la educación se han convertido en un elemento más para la provincia y España, lo que implica que el equipo de Ciudad Real recibe llamadas procedentes de toda España, preguntándole por aspectos de medidores o filtros y la mejor manera de usarlos para evitar la presencia de aerosoles en los espacios cerrados. Se trata de una preocupación surgida por los aerosoles fruto de la pandemia, pero que va más allá porque permite mantener aire limpio en las aulas, evitando la contaminación y sus partículas. Además del análisis de filtros HEPA podría descubrirse si hay estudiantes positivos en el aula, algo pendiente de analizarse, en una nueva investigación de Villanueva, junto al IREC, que, esta vez, sí se centrará en la presencia del coronavirus y la posibilidad de descubrir casos asintomáticos a través del análisis de los filtros HEPA.

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