Una parte de la historia de Ciudad Real pasa por la desconocida, aún para muchos, aldea de Ciruela. La asociación vecinal de este enclave lleva años tratando de situar en el mapa un terreno, incluido dentro de la Carta Puebla, y que engloba una serie de casas vecinales, los restos del antiguo castillo y un peñón de origen volcánico. Se trata de tres espacios diferenciados que desde ayer se pueden observar sin salir de la capital, a través de una exposición programada por la Biblioteca Pública del Estado y que reúne las 39 instantáneas presentadas al primer concurso fotográfico organizado por la asociación, junto al Ayuntamiento de Ciudad Real y el Colectivo Fotográfico RAW. Hasta el 29 de enero se podrá visitar este recorrido realizado desde el objetivo de 13 personas, entre las que se encuentran las tres obras ganadoras: Castillo de Ciruela, de Daniel Peco (primer premio); Arrebol, de Marina Martínez (segundo); y Atardecer invierno 1 Ciruela, de Josefa Sánchez (tercero).

La exposición ofrece «un primer contacto» a lo que supone este entorno, explicó el presidente de la asociación vecinal, Marcial González, quien recordó que el objetivo de esta muestra y el resto de actividades que organizan es que Ciruela «no caiga en el olvido». El peñón es el protagonista de esta muestra, tanto por su importancia histórica, «era la torre del castillo que ya desapareció», y un volcán, «muy singular, un domo volcánico, que se incluye dentro del Geoparque del Campo de Calatrava». Por este motivo apuntó que se está pendiente de la declaración de Bien de Interés Cultural del espacio, tanto para facilitar su conservación como para que, al menos, tres o cuatro veces al mes se abra el vallado realizado en la zona por sus propietarios. El objetivo es que se pueda subir hasta el peñón y así divisar «el paisaje y cómo se controlaba la defensa del sur» en la capital, objetivo de este castillo.