Un faro para la cultura

M.Lillo
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Entrevista con el director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Ignacio García: «La libertad de Segismundo se entenderá de otra manera después del confinamiento»

Un faro para la cultura

¿Cómo está viviendo el confinamiento y la forma en la que está afectando a la cultura?

El confinamiento lo estoy viviendo sereno y en casa, leyendo, estudiando y teletrabajando con el espléndido equipo del Festival para intentar diseñar la mejor edición posible considerando las circunstancias y la necesidad de garantizar seguridad sanitara a los artistas, trabajadores y público. La tragedia que hemos vivido y la incertidumbre ha sido muy angustiosa para el tejido teatral.  

Se ha avanzado que la 43 edición del Festival levantará el telón en julio, pero con un formato más reducido, ¿en qué diseño se está pensando sobre todo por las limitaciones de aforo?

Tenemos que estudiar en detalle la normativa para saber cuáles serán esas limitaciones, y de acuerdo a ello se adaptarán espacios y aforos. Afortunadamente el Festival cuenta con muchos espacios, al aire libre y cerrados y de muchos tamaños diferentes y podremos ajustar esa programación algo reducida al contexto más seguro, y mantener el espíritu del Siglo de Oro.

¿Las propias compañías se están adaptando a la situación? Quizá también tengan que mantener la distancia social...

También en ese sentido debemos esperar a la norma específica cuando llegue. De momento las compañías están ensayando telemáticamente para poder llegar con los proyectos que se van a estrenar en el Festival, y en cuanto las fases lo permitan comenzarán ensayos presenciales.

Desde el punto de vista artístico, ¿cree que esta crisis incidirá en las creaciones que se presentan al público?

Sin ninguna duda va a afectarnos a todos, y también en los aspectos creativos. La libertad de Segismundo se entenderá de otra manera después del confinamiento, y un valor tan presente en el Siglo de Oro como la compasión será mejor comprendida que nunca tras todo este dolor en el que ni siquiera hemos podido acompañar y despedir a nuestros seres queridos.

¿Cuentan con el apoyo de las administraciones para los preparativos de esta nueva edición?

Sí, y desde aquí quiero agradecer a todos los patronos y también a los patrocinadores por ese compromiso y por comprender que el Festival de Almagro cumple una misión patrimonial, de apoyo al tejido teatral, de ánimo cívico y de activación económica a la que no podemos renunciar.

También se ha avanzado que será menos internacional, ¿qué planean en este sentido?

Las circunstancias mandan y es imposible que las compañías de otros continentes lleguen, por lo que se ha acordado con ellas aplazar su presencia. Las compañías lo han comprendido porque para ellos también era una enorme incertidumbre no saber cómo iban a poder llegar a Almagro.

Están planteando distintas iniciativas a través de las redes sociales, por ejemplo, para conocer los clásicos, ¿cómo se está trabajando desde la organización en esta etapa de confinamiento?

En paralelo con lo más importante, que es el trabajo desde casa de todo el equipo para coordinar la próxima edición del Festival, hemos intentado poner en marcha algunas iniciativas, y sumarnos a otras, que incentivaban los valores cívicos, animaban a la gente a quedarse en casa y mejorar sus hábitos de higiene como el lavado de manos, y al tiempo incitaban a aprovechar este tiempo para conocer mejor a nuestros clásicos y leerlos, pues ese es el mejor camino para amarlos.

¿Qué mensaje lanza a todos aquellos que están pendientes de este festival, desde las compañías, público o el propio municipio de Almagro que cada año se vuelca con su celebración y que además incide, y mucho, en su economía?

Que tras este tiempo incierto el Festival de Almagro va a ser este año más que nunca un faro de luz y de esperanza, con nuestros clásicos como guía, y que tras esta zozobra tenemos que dar todos lo mejor de nosotros mismos, artistas, trabajadores, hosteleros y público, para celebrarlo con responsabilidad y las medidas que establezcan las autoridades sanitarias, pero también con la convicción de que lo que se vive en ese Corral y los otros espacios es algo único en el mundo.