Miles de personas se concentraron hoy 8 de marzo por toda la provincia en protestas convocadas por colectivos feministas y sindicatos. A mediodía se unieron los paros de dos horas sindicales y con las 24 horas solicitadas por colectivos de huelga feminista. Fue una protesta de marcado carácter reivindicativo, con peticiones de que hubiera una igualdad real en el empleo y en el ámbito educativo.

En Ciudad Real capital, casi un millar de personas se concentraron por la mañana en la plaza Mayor, convocadas por UGT, CCOO y dos organizaciones feministas ciudadrealeñas, Colectivo Espinas y Asamblea Feminismos. Fue una concentración en la que se leyó el manifiesto conjunto de ambos sindicatos y se unió al leído por periodistas de la provincia de Ciudad Real. La secretaria de Organización de CCOO, Esther Serrano, explicó que ha habido paros en turnos de empresas importantes de la provincia como Repsol y en servicios claves como la ayuda a Domicilio de Alcázar de San Juan, con el 100 por cien. Delegación del Gobierno habló de un segumiento «medio» con especial incidencia en el sector sanitario, medio-alto en el transporte por carretera, y muy alto en el caso de grandes superficies comerciales. En el Ayuntamiento capitalino el paro feminista, por ejemplo, fue seguido por un 10 por ciento de los trabajadores, explicó el concejal de Personal. «Lo que yo espero es que se nos escuche de una vez porque esto no va a parar y espero que seamos escuchado», dijo Serrano.

«Esta movilización tiene que ser un hito histórico como ya lo fue el año pasado para que haya una igualdad real», dijo por su parte la secretaria de Igualdad de UGT, Graci Rodríguez. «Queremos vivir libres en la calle, en nuestras casas y en nuestros empleos», indicó la responsable de Igualdad de CCOO, Celia Ruiz.

Igualdad desde todos los ámbitos«Paramos para reivindicar y dar voz a aquellas mujeres de todo el mundo que no pueden parar o por su situación personal o laboral no pueden alzar su voz», indicó la delegada provincial de la Junta de Comunidades, Carmen Olmedo, en la protesta matinal del 8 de marzo. «Paro porque son muchas mujeres que vivimos con miedo en situaciones donde no hay hombres que tengan miedo», comentó la subdelegada del Gobierno, María Ángeles Herreros, en la concentración, con el recuerdo de las mujeres que les gusta caminar solas y el miedo que existe por esta acción. «Paro por las muchas que no han podido hacer huelga, que trabajan en condiciones difíciles, y en solidaridad para alzar la voz y pedir una igualdad efectiva en nuestra región», apuntó la consejera de Economía, Patricia Franco, presente en la protesta matinal y la de la tarde. La consejera recordó que «queda trabajo por delante e iniciativas a poner en marcha» para evitar las diferencias en el desempleo que existe entre hombres y mujeres.

En el caso de Puertollano, centenares de personas se unieron en la plaza de la Constitución para gritar «nos queremos vivas, libres, sin miedo, feministas y rebeldes», mientras de fondo sonaba una batucada y multitud de aplausos, tras lo cual se procedió a la lectura de un manifiesto por parte de diferentes mujeres. Una marea morada de la que también formó parte la alcaldesa, Mayte Fernández, que puso de manifiesto que «este día pone en evidencia la fuerza de las mujeres de Puertollano y de este país». Asimismo, la regidora municipal puertollanense hizo hincapié en que las mujeres «somos la mitad del mundo y somos necesarias para que el mundo gire» y se mostró satisfecha por la respuesta que ayer dio la ciudad industrial «porque esto no hay quien lo pare y el cambio está llegando, y tenemos que seguir reivindicando».

También en la ciudad industrial, la candidata del PSOE a la Alcaldía, Isabel Rodríguez, indicó en la concentración por el Día Internacional de la Mujer que «si todos los días del año es importante recordarlo, cada 8 de marzo es aún más importante recordar que la lucha no debe cesar hasta que consigamos esa igualdad real que merecemos como seres humanos que somos todos». Por contra, el Grupo Municipal Popular de Puertollano acusó a los «partidos oportunistas, izquierdistas para ser exactos» de utilizar a la mujer para «hacer campaña».

Igualdad desde todos los ámbitosEn el caso de Alcázar de San Juan, la alcaldesa, Rosa Melchor, quiso hablar a las mujeres que este jueves llenaron el Salón Noble del Ayuntamiento de «mis mujeres heroínas», refiriéndose a su bisabuela, abuela y madre. Unas mujeres que por las circunstancias sociales y económicas de la época que les tocó vivir y con la Guerra Civil de por medio, «tuvieron que sacar adelante a sus hijos con mucho esfuerzo y trabajo». «Mujeres valientes, trabajadoras, incansables, imposible de rendirlas y con mucha responsabilidad», añadió. Asimismo, en este acto institucional por el Día de la Mujer, el concejal de Igualdad, Mariano Cuartero, presentó el Plan de Igualdad, que pretende «cambiar la sociedad».

Además, centenares de personas se manifestaron en Alcázar de San Juan en la huelga feminista de la mano de asociaciones como Plural, La Idea, Las Violeteras y los sindicatos CGT, CNT, CCOO y UGT. Además, también han participado los partidos políticos Equo, IU, PSOE y Podemos. Rosa Zafra, una de las componentes de la organización de la marcha, explicó que se trata de una huelga de cuidados, huelga de consumo, huelga laboral y huelga de estudiantes.

Valdepeñas también se sumó a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer con una jornada reivindicativa protagonizada por una concentración en la plaza de España, que se prolongó dos horas, convocada por el Consejo Local de la Mujer. Con una pancarta con el lema ‘Por la igualdad. Libres e iguales en la diversidad’, el objetivo del acto se centró en «reivindicar la igualdad en las condiciones laborales, salarios y facilidad de acceso de los cargos directos en las empresas y diferentes instituciones, la educación en igualdad para erradicar la cultura patriarcal dominante y la reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos de todas las mujeres».

El alcalde, Jesús Martín, hizo durante el acto una reflexión dando la vuelta a la situación en la que los hombres fueran los que cobraran por hacer el mismo trabajo un 25 por ciento menos, «algo increíble y kafkiano».