Una revolución que tardará en llegar

R. Ch
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China, Corea del Sur y Estados Unidos van a la cabeza del despliegue de la nueva tecnología que tiene en Talavera de la Reina uno de sus primeros 'laboratorios' en España

Una revolución que tardará en llegar

La llegada del 5G, que se empieza a desperezar ahora en España y en el conjunto de Europa, supondrá «un cambio muy sustancial» en la vida del día a día del usuario de las tecnologías de la comunicación. De partida, por ejemplo, multiplicará la velocidad de las comunicaciones móviles por encima de lo que ofrece actualmente la fibra óptica. «Eso supone que se podrá descargar una película de dos horas en apenas un segundo», como explica Juan Carlos López, catedrático de Tecnología de Computadores de la Universidad de Castilla-La Mancha y presidente del Comité de Ingenierías de la Comunicación, Computación y Electrónica de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora. La velocidad es «lo que más se vende» de la nueva tecnología aunque la revolución del 5G incluye también otra gran mejora: la reducción de la latencia, es decir, el tiempo de respuesta de la red desde que se da una instrucción a un dispositivo hasta que este reacciona. Ahora será de uno a cinco milisegundos, esto es, a tiempo real, lo que permitirá hacer operaciones quirúrgicas a distancia incluso y desarrollar «aplicaciones críticas, porque no solo es que haya datos que lleguen muy deprisa, sino que el punto al que llegue sea el milisegundo. Eso es brutal. Se pueden tomar decisiones instantáneamente», asegura López, que apunta otro ejemplo que puede desarrollarse de la mano del 5G, como los coches autónomos: «Si un coche autónomo tiene que tomar una decisión, no pueden pasar dos segundos hasta que lo recibe y toma la decisión. Ahora sí podrá hacerlo de forma inminente», apoyado también en la fiabilidad que ofrece el 5G, «porque el 4G, a veces, se corta y se interrumpe». Otra buena noticia, el 5G consumirá menos «y los dispositivos móviles tendrán más autonomía».

En contra de esta nueva tecnología es que esa autonomía se pagará. Los actuales terminales no sirven para la 5G y los nuevos costarán entre 200 o 300 euros más, en las gamas más básicas. Otro impacto que supondrá el despliegue de esta red de conectividad necesita una reestructuración de toda la red que se traduce «en más antenas. Para obtener el máximo rendimiento del 5G se necesita más cobertura», lo que se traduce también una inversión «importante» por parte de las operadoras que tendrán que evaluar hasta qué punto compensa desarrollar este tipo de tecnología.

A día de hoy, la cobertura móvil 4G (LTE) supera el 90% de la población de Castilla-La Mancha, donde Telefónica desarrolla el proyecto Ciudades Tecnológicas 5G, que le permite liderar el camino al 5G en España con el primer despliegue de capacidades en las ciudades de Talavera de la Reina y Segovia, en colaboración con Ericsson y Nokia.

Ambas ciudades serán un laboratorio vivo hasta 2020 con propuestas pioneras, desde las primeras capacidades de la quinta generación móvil y el desarrollo de casos de uso que permitirán a los ciudadanos y a las empresas disfrutar de las ventajas de esta tecnología. En Talavera de la Reina, por ejemplo, se desarrolló el primer caso de uso de 5G con un minibús eléctrico de conducción autónoma.