Urbanismo decreta el vallado y la clausura de 58 pozos

Manuela Lillo
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La tragedia del niño Julen, en Málaga, ha dado lugar a una campaña de revisión y sellado de pozos que se encuentran al cubierto y que pueden suponer un peligro para la seguridad

Urbanismo decreta el vallado y la clausura de 58 pozos - Foto: Tomás Fernández de Moya

El área de Urbanismo del Ayuntamiento de Ciudad Real viene trabajando desde hace años en el seguimiento y control de los pozos que se encuentran al descubierto, una labor que ha intensificado en los últimos meses a raíz de la tragedia de Julen, el niño de dos años que falleció tras caer a mediados de enero en un pozo en un paraje de la provincia de Málaga, concretamente en el municipio de Totalán, y para el que se desplegó un amplio e intenso operativo para su rescate.

Desde el año 2007 el Ayuntamiento de Ciudad Real ha decretado el vallado y sellado de 58 pozos en el término municipal de la capital, de los cuales siete corresponden ya a estos primeros meses de 2019. El concejal de urbanismo, Alberto Lillo, se refirió a la firma de decretos que ha llevado a cabo en las últimas semanas a través de los cuales notifican a los propietarios la necesidad de vallar primero la zona y después sellarlo para evitar algún riesgo. Así lo destacó a La Tribuna el edil al asegurar que lo importante es garantizar la seguridad de las personas y en especial de los niños, de manera que el área de Urbanismo, concretamente el servicio de disciplina urbana, lleva a cabo un seguimiento de estos pozos.

El edil explicó que el vallado se lleva a cabo a través de la Policía Local y que, en el caso de que el propietario no ejecute el sellado, lo ejecuta el propio Consistorio imponiendo después las costas al propietario y una sanción «importante», si bien no cuantificó el importe de la multa a la que se exponen estos propietarios ni el número de vecinos que han sido sancionados por esta causa.

Estos pozos de encuentran ubicados en distintos puntos del término municipal, como es el caso de La Poblachuela, Las Casas, la zona correspondiente a las inmediaciones de la calle Rusia o tras las vías del ave, por la zona de Camino de Moledores o Playa Park. «Miramos por todos lados», aseveró el concejal.

Lillo explicó que en muchos casos se corresponde con pozos de antiguas norias que actualmente están en desuso o también pozos que se ubican en unidades de ejecución que se han quedado sin desarrollar después de que el boom de la construcción de viniera abajo, por lo que se trata de pozos hechos en su día a los que no se les ha dado una solución definitiva.

De este modo, el concejal subrayó la importancia de que se controlen y que se pongan los medios para su vallado o cláusula con el fin de evitar posibles riesgos y comentó que en alguna ocasión ha sido algún vecino o senderista quien ha comunicado la existencia de pozos que pueden suponer un peligro para la seguridad.  

Los datos del seguimiento de pozos facilitados a este diario ponen de manifiesto que en 2007 fueron dos los pozos que se clausuraron, mientras que en 2008 no se selló ninguno, en 2009 uno, mientras que en 2010 se clausuraron cinco;  uno en 2011 y 2012, respectivamente; dos en 2013, hasta 14 en el año 2014 y 16 en 2015. Sin embargo, en 2016 no se clausuró ninguno; en 2017 seis; tres a lo largo de 2018 y siete en estos primeros meses de 2019.