Si el termómetro de las afiliaciones a la Seguridad Social es un buen indicador de la situación por la que atraviesan los distintos sectores, el hostelero cerró la primera mitad del año en Ciudad Real como uno de los más perjudicados ya no de Castilla-La Mancha, sino de toda España por el impacto del coronavirus en la economía provincial.

Ciudad Real fue la segunda provincia de interior, solo por detrás de Teruel, donde más trabajo se perdió hasta junio, el 10,7 por ciento, que traducido a puestos de trabajo son más de un millar de empleos que se ha llevado por delante la crisis del COVID-19.

Así lo indican las cifras del observatorio trimestral que elabora la Confederación Empresarial de Hostelería de España y en el que analiza los indicadores de evolución del sector.

La crisis en la hostelería hace mella en la provincia - Foto: Rueda Villaverde

Entre enero y junio y al margen de las provincias costeras, con Huelva, Baleares, Gerona y Tarragona a la cabeza, Ciudad Real aparece como el segundo territorio más afectado del país en la pérdida de empleo, que fue mayor en el régimen general, un 13,2 por ciento menos de afiliados en un año, aunque también golpeó al colectivo de autónomos, con un retroceso que rozó el cuatro por ciento. En ambos casos, las cifras de la patronal hostelera de España sitúan en Ciudad Real la mayor caída de la actividad en toda Castilla-La Mancha. El problema para Ciudad Real es que esa brecha, entrado julio, se agranda. Aunque aún no aparece recogido en el observatorio de Hostelería de España, el repunte de la actividad ligada al sector en el inicio de la temporada alta del verano no ha sido suficiente para paliar las pérdidas de los meses anteriores. 

“Las cifras son nefastas, muy negativas a nivel nacional y obviamente igual de negativas a nivel de nuestra Comunidad Autónoma y de nuestra provincia, pero no especialmente peores que en otras zonas del país”, indica la gerente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Ciudad Real, Cristina Miranda, que pone el acento en la pérdida de empleo en medio año: 400.000 en España, en la caída del número de turistas, los ingresos por turismo extranjero que solo en un año pasó de 11.800 millones de euros a cero o las pernoctaciones que en España han pasado de 127 a 4,3 millones de euros.

“Con estos datos, tremendos, no es de extrañar que nuestra patronal a nivel nacional estime un número de cierres que oscilaría entre 65.000 en el mejor de los casos y 85.000 establecimientos en caso de proliferación de rebrotes”, asegura Miranda, que apunta que en el ámbito provincial, la “valoración más objetiva y quizá menos emocional se realizará en un par de meses”. “Nos tememos que una vez finalice el periodo de posibilidad de acogimiento a ERTE a finales de septiembre, un 20% de esos expedientes de regulación temporales puedan derivar en ERE con la pérdida de empleos aparejada”. En esa línea, los hosteleros de Ciudad Real apuntan la “necesidad” de que exista “más complicidad y comunicación con el empresariado, de medidas ordenadas de acompañamiento, IVA turístico superreducido, soluciones a alquileres, exenciones tasas municipales y fiscales, y sobre todo, ampliación de los ERTE hasta finales de año”.

La crisis en la hostelería hace mella en la provincia - Foto: Rueda Villaverde

Miranda destaca que en la provincia de Ciudad Real, “de momento ha habido brotes de escasa entidad, muy controlados” y defiende que en el sector “hay una responsabilidad total por parte de nuestros empresarios que son conscientes de la situación y están convencidos de ser parte de la solución a este problema general, nunca un problema y ni mucho menos el foco”. De hecho, para Miranda, “el tremendo escaparate que suponen los establecimientos de hostelería son un vehículo excepcional para transmitir buenas prácticas entre clientes y ciudadanía y para ofrecer la necesaria sensación de nueva normalidad que necesita la sociedad y la economía” en una región que Hostelería de España sitúa también a la cabeza de los efectos negativos de la crisis del coronavirus. Así, en su informe trimestral, la patronal del sector indica que la cifra de negocios ha evolucionado respecto al año anterior “de forma muy negativa” en todas las comunidades autónomas. Entre ellas, destaca la fuerte caída de Baleares, por encima del 65%, frente al incremento del 2,6% que crecía el año anterior en esos mismos meses. También descendió la facturación por encima de la media nacional en Castilla-La Mancha (-52,3%), Galicia (-52%), Cataluña (-51,9%) y La Rioja (-51,7%).

El descenso de la ocupación en las actividades de restauración fue algo más moderado en la región respecto al año anterior. Aunque la caída fue general también en todas las comunidades autónomas, excepto en Canarias, que tuvo un incremento de un 1,4%, Cantabria (-35,2%), Navarra (-35,1%) y Baleares (-34,6%), además de la ciudad autónoma de Melilla (-56,3%) encabezan el ranking de los números rojos en lo referido a la evolución de la ocupación en la restauración en la primera mitad del año del coronavirus y que en Castilla-La Mancha se situó en el 16%.

Una situación que se da, además, en un contexto en el que los precios de las actividades de restauración fijaron su crecimiento interanual en el 1,6% a lo largo del segundo trimestre de media en España, el uno por ciento en Castilla-La Mancha, lo que supone la evolución más baja desde el año 2017, según la patronal del sector, que destaca que tanto al hablar de precios en alojamientos como en restauración la evolución se ha situado por encima del IPC general que desde el mes de abril se sitúa en valores negativos en el conjunto del país.

La crisis en la hostelería hace mella en la provincia - Foto: Rueda Villaverde

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